viernes, 8 de agosto de 2025

Determinantes del Ahorro: Mayor productividad para mayor provecho del bono demográfico *

Una frase atribuida al famoso inversor Warren Buffett dice: “No ahorres lo que te queda después de gastar, sino gasta lo que te queda después de ahorrar”. Aunque parece una recomendación simple, puede ser difícil de cumplirla en la práctica.

De acuerdo con el Índice de Confianza al Consumidor del Banco Central del Paraguay (BCP, 2024), solo el 23% de las personas tiene capacidad de ahorro. Los datos del Global Findex (BM, 2022), correspondiente al 2021, muestran que, en Paraguay, solo alrededor del 23% de la población activa mayor a quince años ahorra algo de dinero.

Estos números si bien se basan en encuestas, se conjugan con los números macroeconómicos de la contabilidad nacional, los cuales indican un nivel de ahorro nacional total del orden del 23% del producto interno bruto en el 2021.

El ahorro, tanto a nivel familiar como nacional, es sumamente importante. Constituir ahorros a lo largo del tiempo permite afrontar los riesgos de la incertidumbre acerca del futuro, ya sea para afrontar gastos de urgencias, o para tener una cobertura en la etapa pasiva luego de los años de trabajo activo (Cecchetti, 2015), para lo cual igualmente se podrían adquirir seguros.

Elevar los ahorros permite a los países aumentar sus niveles de inversión, constituyendo activos que le permitan afrontar los desafíos del financiamiento de la infraestructura, de la transición demográfica y del cambio climático, entre otros.

Este artículo se centrará en la relevancia del ahorro a nivel nacional, especialmente el ahorro privado, analizando su evolución y buscando un acercamiento hacia los factores explicativos. La hipótesis que surge de la observación de los datos es que la suba del ahorro parece haber sido exigua dado que se tiene el bono demográfico, lo que podría ser explicado por la baja productividad.

Ahorro, ingresos y términos de intercambio

El ahorro es una variable dependiente de varios factores explicativos, donde se pueden citar el ingreso por supuesto, tanto en nivel como en variación. Asimismo, los precios internacionales, las tasas de interés, el ahorro público (o del Estado), la estructura poblacional, entre otros. También puede haber cierta persistencia en los datos del ahorro, donde hay influencias largas del mismo patrón de ahorro a lo largo del tiempo (Loayza, 2001).

La relación del ahorro con el ingreso y el crecimiento económico parecería obvia, pero puede ser algo compleja. Se supone que mayores niveles de ingresos llevan más tarde o más temprano a mayores niveles de ahorros y no solo mayores niveles de consumo. Esto porque se tiene la presunción de que hay una propensión media a consumir constante a largo plazo.

Para mayor precisión, recordando la línea del trabajo de Milton Friedman, un ingreso más alto pero transitorio, llevaría a un aumento del ahorro, suponiendo que los agentes económicos son racionales y entienden que se trataría de algo extraordinario. Ahora, si se trata de un ingreso más alto de forma duradera, entonces podría ser que el consumo aumente (Friedman, 1957).

Ahorro doméstico, ingresos y crecimiento


Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial. * Promedio de treinta años hasta el año considerado.

En el gráfico precedente se puede ver la evolución del ahorro doméstico en porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), los ingresos en dólares constantes de un año base a paridad del poder adquisitivo, y el crecimiento económico para ciertos grupos de países, con quienes se podría comparar un país como Paraguay.

La interpretación sería que mayores tasas de crecimiento y mayores ingresos parecen llevar a mayores niveles de ahorro, como se puede vislumbrar en la evolución de los últimos treinta años en los países de ingresos medios de la base de datos del Banco Mundial.

Ahora, mientras el ingreso subió en América Latina y en Paraguay, el ahorro se redujo, lo que podría ser consecuencia de una suba de la propensión media a consumir, es decir que la suba del ingreso podría haber sido suficiente solo para atender las necesidades del consumo.

En ese sentido, el crecimiento económico podría ser otro factor relevante. Tanto en América Latina como en Paraguay, el crecimiento ha sido relativamente menor en los últimos treinta años. Esto podría haber sido el contra peso o factor explicativo de la caída del ahorro en América Latina y en el Paraguay.

Claro que son periodos largos donde pudieron actuar los efectos de cambios estructurales y de otras variables. En cualquier caso, este comportamiento ilustra el punto sobre la complejidad de la relación del ahorro con los ingresos.

Es oportuno tener presente que los ingresos y el crecimiento de la economía siguen de cerca la evolución de la productividad, sea la productividad laboral o la productividad total de los factores productivos, la cual se refiere a la capacidad de producir más o menos con los mismos trabajadores y capital.

En el siguiente gráfico parece confirmarse que el cambio en la producción por trabajador sigue de cerca el cambio en la productividad total, en el caso de la economía del Paraguay. Es interesante notar el estancamiento de las medidas de productividad en los últimos años.

Crecimiento de la producción y la productividad (%)


Fuente: Elaboración propia con datos oficiales y del Penn World Table (PWT). ** Los datos de la productividad total de los factores, del PWT, corresponden a la medida en porcentaje de la productividad de Paraguay respecto a los EE.UU. a paridad del poder de compra, los cuales fueron calculados desde del 2020 al 2023 en base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y del Banco Central del Paraguay.

Se podría evidenciar que la baja productividad (un trabajador paraguayo no llega a un tercio de la productividad de un trabajador norteamericano), que podría ser una de las causas de la informalidad (dos tercios de los trabajadores serían ocupados en actividades informales), también podría ser una de las causas del nivel de ahorro.

Ahora bien, es preciso recordar que el ahorro nacional es la suma del ahorro privado y del público (del Estado). Para obtener una medida del ahorro privado, se resta del ahorro nacional el resultado fiscal operativo del Gobierno General[1], lo que sería una aproximación que permitirá el análisis.

A partir de dicha información, a lo largo del tiempo se puede ver ciertas etapas en la evolución del ahorro. Luego de la salida de la dictadura (en el año 1989) se vislumbra una suba del ahorro nacional total hacia niveles del 22% del PIB, para posteriormente comenzar a disminuir gradualmente con el estancamiento de la economía y los eventos de inestabilidad financiera en la segunda mitad de la década del noventa e inicios de los 2000.

En la descomposición se puede observar que tanto el ahorro privado como el público subieron en la primera mitad de la década de 1990, para después disminuir hacia el 2000, lo que se ve especialmente más fuerte para el ahorro público. Es notable el fuerte ajuste del ahorro privado en el 2002.

Seguidamente, con el periodo de mayor crecimiento económico desde el 2003, de la mano de las medidas de estabilización y el periodo del super ciclo de altos precios internacionales de commodities, se puede ver un repunte en el ahorro nacional total, alcanzando niveles por encima del 24% del PIB. Este aumento se daría principalmente por la suba del ahorro privado.

Ahorro Doméstico, % del PIB


Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

Con la sucesión de eventos financieros y climáticos adversos, y con las medidas de política económica, se podría decir que los choques negativos se fueron acumulando sobre el ahorro público, lo cual ha resultado en una tendencia a la baja de dicha variable.

En el periodo 2008-9 se da la conjunción de una fuerte sequía y la crisis financiera internacional, ante lo cual se implementa el plan anticrisis, que resultó en un aumento considerable del gasto público. Se puede observar una notable reducción del nivel del ahorro público, que posteriormente se recupera levemente.

Pero, lo que definitivamente generó un punto de inflexión fue la suba significativa de los salarios públicos concretada para el ejercicio fiscal 2012, donde el ahorro público se reduce de vuelta a niveles mínimos.

Luego, el plan de recuperación económica ante los efectos de la sequía en el 2019 y después las medidas de apoyo a las familias y a la economía ante la pandemia del Covid-19, explicarían el punto de inflexión de pasar de niveles positivos a negativos de ahorro público.

En buena medida, el desahorro público habría sido contrarrestado por la suba del ahorro privado, consiguiéndose así mantener los niveles del ahorro nacional. Esto tiene que ver con la respuesta de los agentes privados ante los cambios en el déficit fiscal, para lo cual hay diversos enfoques conceptuales a considerar (Orzag, 2004).

El desahorro público que se financia con deuda pública podría subir las tasas de interés, dado que los inversionistas podrían demandar una compensación por el mayor riesgo. Sin embargo, las tasas de interés han bajado en el Paraguay, probablemente por el efecto de la menor inflación. De todas formas, la incertidumbre que podría generar el desahorro público podría explicar el mayor ahorro precautorio del sector privado.

De acuerdo con el enfoque de la equivalencia ricardiana, el desahorro público puede ser compensado por el ahorro privado, dado que los privados entienden que a futuro habría subas de impuestos (Barro, 1974). Esto resultaría en que hay un efecto neto nulo en el ahorro nacional.

Desde otro enfoque, el financiamiento del déficit fiscal vía deuda pública crea activos para la canalización de los recursos del sector privado, lo que podría apoyar a la formación de ahorros. De hecho, el desarrollo de los títulos de deuda pública ha sido un paso fundamental para elevar el desarrollo de los mercados de capitales (BM, 2019).

Los diversos enfoques mencionados se complementan para explicar por qué el ahorro privado podría subir cuando el ahorro público se reduce, lo cual se probará con cierta rigurosidad más adelante.

Hay otros factores exógenos, como los términos de intercambio, que quizás podría contribuir a explicar el estancamiento del ahorro nacional de los últimos años.

La ratio de los precios internacionales de exportación con relación a los precios de importación, denominada como “términos de intercambio”, es una variable importante para la explicación del crecimiento económico y de los ingresos, en economías abiertas y tomadoras de precios.

Una mejora de los términos de intercambio puede venir aparejada de una mejora de la balanza comercial, una suba de los ingresos y hasta una apreciación de la moneda (De Gregorio, 1994). Consecuentemente y en última instancia, la mejora de los términos de intercambio podría impactar en el ahorro.

Una mejora de términos de intercambio que se perciba duradera elevaría el consumo, mientras que una mejora que se perciba como ocasional o transitoria, se supone que debería elevar mayormente el ahorro. Lo anterior implica que dicho efecto de la mejora de los términos de intercambio sobre el ahorro podría ser nulo, negativo o positivo, dependiendo del comportamiento de los agentes económicos. 

Ahorro y términos de intercambio


Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

En el gráfico precedente se utiliza una medida de aproximación a los términos de intercambio, con la ratio del precio internacional de la soja en relación con el índice mundial de precios industriales del Fondo Monetario Internacional. Aquí se compara con el ahorro privado, considerando que el ahorro nacional esta mayormente influido por el ahorro privado y dado que el ahorro público sigue generalmente la trayectoria determinada por decisiones de política.

Se observa como las subas de los términos de intercambio parecen haber reducido el ahorro privado en determinados momentos, mientras que las bajas habrían elevado el ahorro. Es interesante notar la suba del ahorro privado que se dio a la par de la notable baja de los términos de intercambio desde el 2014, de la mano del término del periodo del super ciclo de las materias primas. Esto es muy importante para el ajuste de la economía frente a choques externos.

Bono demográfico y productividad

Ahora bien, un aspecto central en la evolución del ahorro pasa por la estructura poblacional, con una dinámica del ahorro que se supone podría estar determinada por la transición demográfica. En cierta forma se relaciona con la hipótesis del ciclo vital, que para el nivel individual vaticina mayores niveles de ahorro conforme la edad pasa por los años más productivos. (Modigliani, 1976)

Al respecto, es importante tener presente que un país alcanza su potencial en materia de mano de obra disponible para el trabajo, cuando su tasa o relación de dependencia se reduce al mínimo, lo que se daría con el bono demográfico, pudiendo significar una oportunidad para el desarrollo de la economía del país. La tasa de dependencia sería la proporción de la suma de la población menor a 15 años y mayor a 65 años, en relación con la población en edad activa, comprendida entre dichos años.

Es decir, debería haber un aumento del ahorro, puesto que se supone que hay una relación inversa entre ahorro y tasa de dependencia, lo que lleva luego a esperar una acumulación de activos en el periodo de menor tasa de dependencia.

Ahorro y relación de dependencia


Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial.

En el gráfico precedente se puede observar la relación esperada, donde para el caso de los países de ingresos medios hubo una baja de la relación de dependencia hasta cerca de 50, con la tasa de ahorro subiendo desde poco más del 20% del PIB hasta el 35% del PIB en los últimos 30 años.

De vuelta, para el caso de América Latina y Paraguay, el comportamiento parece ser distinto. Las tasas de dependencia se han reducido, mientras que el ahorro también se ha reducido, lo que más bien podría ser resultado del efecto de otras variables. En particular, lo antes señalado en cuanto al menor nivel de la productividad.

En el siguiente gráfico se puede ver la evolución de la relación de dependencia, el ahorro privado y la productividad. A pesar de lo mencionado previamente, la relación de la tasa de dependencia con el ahorro parece ser inversa en los datos de series de tiempo, como se puede observar en el gráfico.

La productividad es una variable de vital importancia en la economía, puesto que sus mejoras generan efectos positivos en diversas dimensiones, resultando generalmente en mejoras en los ingresos y en la calidad de vida.

Se puede visualizar algunas tendencias en la evolución de la productividad. Durante la década del noventa parece haberse dado una tendencia a la baja, de la mano de los eventos de inestabilidad y volatilidades financieras, mientras que los primeros años desde el 2000 y hasta el 2014 se habría dado una tendencia al alza. Sin embargo, en los últimos diez años, el nivel de la productividad se habría mantenido estancado y con un crecimiento negativo del 0,6% anual.

Se podría decir que la estabilización macroeconómica permitió ganancias de productividad, que resultaron en un buen crecimiento de la economía, pero luego la sucesión de choques negativos, entre ellos la pandemia del Covid-19, y falta de profundidad en las reformas en ciertos ámbitos como la educación, parecen haber derivado en el estancamiento de la productividad.

Ahorro, relación de dependencia y productividad


Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial y del Penn World Table para la productividad.

Entonces, podría haber una relación entre el estancamiento de la productividad y la evolución del ahorro nacional y privado de la última década.

Se puede divisar en el siguiente gráfico el relativo atraso y estancamiento de los últimos años en materia de productividad laboral, considerando la producción por trabajador ocupado, comparada con los países adelantados de la región, como Chile, Costa Rica y Uruguay.

El retraso en materia de productividad obedece a los bajos niveles de capital humano, lo cual también explica consecuentemente los menores niveles de eficiencia o productividad total de los factores productivos, así como probablemente la relativa alta informalidad.

Productividad laboral***


Fuente: Elaboración propia con datos del Conference Board. *** En miles de dólares constantes a paridad del poder de compra.

Si bien existen otros factores determinantes del ahorro en la comparación internacional, como el limitado desarrollo financiero y disponibilidad de instrumentos para el ahorro (BID, 2016), este trabajo se centrará en las variables revisadas previamente.

Aproximación a los determinantes

La evolución del ahorro privado nacional se podría explicar cómo una función de la productividad total de los factores, expresada en logaritmos, los términos de intercambio también en logaritmos, la deuda pública en porcentaje del producto interno bruto, la tendencia de la relación de dependencia, junto con otras variables de control.

El objetivo es tener una cuantificación de la relación de largo plazo entre la ratio del ahorro privado sobre el PIB y sus determinantes, para lo cual se estimó una relación de cointegración. Si bien se evaluaron especificaciones alternativas, el modelo simple que se mostrará seguidamente tuvo los mejores resultados.

Más allá de que se reconoce que podría realizarse una demostración más rigurosa de las relaciones, los resultados ilustran sobre la relevancia de las variables consideradas en la explicación del ahorro.

En particular, se visualiza la significancia de la relación de dependencia como variable explicativa, la cual tiene el signo correcto dada la relación esperada con el ahorro, así como también la relevancia de la productividad, la cual también tiene el signo esperado.

Los términos de intercambio resultaron con un coeficiente de signo negativo, lo que indicaría que las mejoras en los precios internacionales que subieron el ingreso habrían sido destinadas mayormente al consumo. Mientras que la deuda pública resultó con un signo positivo, lo que significaría que la suba del déficit fiscal habría motivado un mayor ahorro privado.

En base a estos resultados, revisando los aportes de las variables sobre la evolución del ahorro privado, se podría constatar que la leve suba del ahorro privado de los últimos diez años se explica, por la baja de la tasa de dependencia, la baja del ahorro público y la baja de los términos de intercambio, con un aporte prácticamente nulo de la productividad.

Resultados de la relación de largo plazo

Variable dependiente: Ahorro doméstico privado, % PIB

 

 

 

Variables *

Coeficiente

Error Estándar

 

 

 

Productividad total

 0.1092

0.0361

Términos de intercambio

-0.0402

0.0120

Deuda pública, % PIB

 0.0527

0.0231

Relación de Dependencia

-0.2748

0.0362

 

 

 

R2

0.8497

 

N

31

 

Varianza de largo plazo

0.0001

 

 

 

 

* Incorpora la constante, así como las variables de control, que serían una dicotómica para el 2002 y una tendencia lineal, todas las cuales resultaron significativas. Método Fully Modified Least Squares - FMOLS. Estimador de varianza de largo plazo con rezagos elegidos según AIC. Periodo 1993-2023.

Fuente: Elaboración propia.

Los datos muestran una moderada suba de apenas 0,22% del PIB en el ahorro privado en los últimos diez años, con un nivel promedio del 22,5% del PIB.

La baja en la relación de dependencia habría explicado un aumento de 0,12% en el ahorro privado. El aporte de más trabajadores hacia el ahorro pudo haber sido mayor si se acompañaba con subas en la productividad.

En base al modelo, se podría mostrar que la productividad sería la variable fundamental para capitalizar el efecto del bono demográfico sobre el ahorro.

Si al menos se pudiera conseguir elevar gradualmente la productividad a los niveles de países como Chile, Costa Rica y Uruguay, entonces eventualmente se podría conseguir una suba permanente del ahorro privado hacia el 26% del PIB.

Perspectivas finales

El ahorro doméstico privado debería haber sido mayor con el efecto del bono demográfico, lo cual en cierta forma se ha visto.

Con la baja de la relación de dependencia se materializa el periodo de mayor disponibilidad de mano de obra para la producción, lo que podría haber generado una mayor suba del ingreso y del ahorro privado, de haber mediado un mayor nivel de la productividad.   

Una vez más, la productividad es fundamental, puesto que es la variable que se podría impulsar en alguna medida con las políticas públicas, de forma a conseguir un mayor desarrollo del país y en este caso un mayor nivel de ahorro.

Entonces, para obtener un mayor provecho del bono demográfico y estar preparados para los desafíos de la transición demográfica, sería primordial elevar la productividad, para lo cual se requieren reformas y una mayor inversión en capital humano.

 

Referencias bibliográficas

Barro, R. (1974). Are Government Bonds Net Wealth? Journal of Political Economy, Vol. 82.

De Gregorio, J. y H. Wolf (1994). Terms of Trade, Productivity, and the Real Exchange Rate. NBER Working Paper No. 4807.

Banco Central del Paraguay, BCP (2024). Informe del Índice Confianza al Consumidor. Diciembre de 2024.

Banco Interamericano de Desarrollo, BID (2016). Ahorrar para Desarrollarse: Cómo América Latina y el Caribe puede ahorrar más y mejor. Washington D.C.

Friedman, M. (1957). A Theory of the Consumption Function. Princeton University Press.

Loayza, S., et al (2001). Una Revisión del Comportamiento y de los Determinantes del Ahorro en el Mundo. Santiago: Documentos de Trabajo No. 95. Banco Central de Chile.

Modigliani, F. (1976). Life-cycle, individual thrift, and the wealth of nations. American Economic Review, 76.

Banco Mundial, BM (2019). Guía práctica sobre el potencial de desarrollo de los mercados de capitales en las pequeñas economías. Washington.

Banco Mundial, BM (2022). Global Findex Database 2021: Financial Inclusion, Digital Payments and Resilience in the Age of COVID-19.

Orzag, G. et al (2004). Budget Deficits, National Saving and Interest Rate. Brookings Institution.

Stephen Cecchetti, K. (2015). Money, Banking and Financial Markets. New York: Mc Graw Hill.


* Articulo publicado en la Revista Económica del Club de Economía de la Universidad Católica de Asunción, en su edición N° 3 del 2024.


[1] Se toma el nivel de adquisición neta de activos no financieros de la Administración Central como aproximación a la inversión pública, lo cual se suma al resultado global del Gobierno General.

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