Una frase atribuida al famoso inversor Warren Buffett dice: “No ahorres lo que te queda después de gastar, sino gasta lo que te queda después de ahorrar”. Aunque parece una recomendación simple, puede ser difícil de cumplirla en la práctica.
De acuerdo con el Índice de Confianza al Consumidor del Banco Central del
Paraguay (BCP, 2024), solo el 23% de las personas tiene capacidad de ahorro. Los
datos del Global Findex (BM, 2022), correspondiente al 2021, muestran que, en Paraguay, solo alrededor del
23% de la población activa mayor a quince años ahorra algo de dinero.
Estos números si bien se basan en encuestas, se conjugan con los números macroeconómicos
de la contabilidad nacional, los cuales indican un nivel de ahorro nacional total
del orden del 23% del producto interno bruto en el 2021.
El ahorro, tanto a nivel familiar como nacional, es sumamente importante. Constituir
ahorros a lo largo del tiempo permite afrontar los riesgos de la incertidumbre
acerca del futuro, ya sea para afrontar gastos de urgencias, o para tener una
cobertura en la etapa pasiva luego de los años de trabajo activo (Cecchetti,
2015), para lo cual igualmente se podrían adquirir seguros.
Elevar los ahorros permite a los países aumentar sus niveles de inversión,
constituyendo activos que le permitan afrontar los desafíos del financiamiento
de la infraestructura, de la transición demográfica y del cambio climático,
entre otros.
Este artículo se centrará en la relevancia del ahorro a nivel nacional, especialmente
el ahorro privado, analizando su evolución y buscando un acercamiento hacia los
factores explicativos. La hipótesis que surge de la observación de los datos es
que la suba del ahorro parece haber sido exigua dado que se tiene el bono
demográfico, lo que podría ser explicado por la baja productividad.
Ahorro, ingresos y términos de intercambio
El ahorro es una variable dependiente de varios factores explicativos, donde
se pueden citar el ingreso por supuesto, tanto en nivel como en variación.
Asimismo, los precios internacionales, las tasas de interés, el ahorro público
(o del Estado), la estructura poblacional, entre otros. También puede haber
cierta persistencia en los datos del ahorro, donde hay influencias largas del
mismo patrón de ahorro a lo largo del tiempo
La relación del ahorro con el ingreso y el crecimiento económico parecería
obvia, pero puede ser algo compleja. Se supone que mayores niveles de ingresos
llevan más tarde o más temprano a mayores niveles de ahorros y no solo mayores
niveles de consumo. Esto porque se tiene la presunción de que hay una
propensión media a consumir constante a largo plazo.
Para mayor precisión, recordando la línea del trabajo de Milton Friedman,
un ingreso más alto pero transitorio, llevaría a un aumento del ahorro,
suponiendo que los agentes económicos son racionales y entienden que se
trataría de algo extraordinario. Ahora, si se trata de un ingreso más alto de forma
duradera, entonces podría ser que el consumo aumente
Ahorro doméstico, ingresos y crecimiento
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial. * Promedio de treinta años hasta el año considerado.
En el gráfico precedente se puede ver la evolución del ahorro doméstico en
porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), los ingresos en dólares constantes
de un año base a paridad del poder adquisitivo, y el crecimiento económico para
ciertos grupos de países, con quienes se podría comparar un país como Paraguay.
La interpretación sería que mayores tasas de crecimiento y mayores ingresos
parecen llevar a mayores niveles de ahorro, como se puede vislumbrar en la
evolución de los últimos treinta años en los países de ingresos medios de la
base de datos del Banco Mundial.
Ahora, mientras el ingreso subió en América Latina y en Paraguay, el ahorro
se redujo, lo que podría ser consecuencia de una suba de la propensión media a
consumir, es decir que la suba del ingreso podría haber sido suficiente solo
para atender las necesidades del consumo.
En ese sentido, el crecimiento económico podría ser otro factor relevante. Tanto
en América Latina como en Paraguay, el crecimiento ha sido relativamente menor
en los últimos treinta años. Esto podría haber sido el contra peso o factor
explicativo de la caída del ahorro en América Latina y en el Paraguay.
Claro que son periodos largos donde pudieron actuar los efectos de cambios
estructurales y de otras variables. En cualquier caso, este comportamiento
ilustra el punto sobre la complejidad de la relación del ahorro con los
ingresos.
Es oportuno tener presente que los ingresos y el crecimiento de la economía
siguen de cerca la evolución de la productividad, sea la productividad laboral
o la productividad total de los factores productivos, la cual se refiere a la
capacidad de producir más o menos con los mismos trabajadores y capital.
En el siguiente gráfico parece confirmarse que el cambio en la producción por
trabajador sigue de cerca el cambio en la productividad total, en el caso de la
economía del Paraguay. Es interesante notar el estancamiento de las medidas de
productividad en los últimos años.
Crecimiento de la producción y la productividad
(%)
Fuente: Elaboración propia con datos oficiales y del Penn World Table (PWT). ** Los datos de la productividad total de los factores, del PWT, corresponden a la medida en porcentaje de la productividad de Paraguay respecto a los EE.UU. a paridad del poder de compra, los cuales fueron calculados desde del 2020 al 2023 en base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y del Banco Central del Paraguay.
Se podría evidenciar que la baja productividad (un trabajador paraguayo no
llega a un tercio de la productividad de un trabajador norteamericano), que podría
ser una de las causas de la informalidad (dos tercios de los trabajadores
serían ocupados en actividades informales), también podría ser una de las causas
del nivel de ahorro.
Ahora bien, es preciso recordar que el ahorro nacional es la suma del
ahorro privado y del público (del Estado). Para obtener una medida del ahorro
privado, se resta del ahorro nacional el resultado fiscal operativo del Gobierno
General[1],
lo que sería una aproximación que permitirá el análisis.
A partir de dicha información, a lo largo del tiempo se puede ver ciertas
etapas en la evolución del ahorro. Luego de la salida de la dictadura (en el
año 1989) se vislumbra una suba del ahorro nacional total hacia niveles del 22%
del PIB, para posteriormente comenzar a disminuir gradualmente con el
estancamiento de la economía y los eventos de inestabilidad financiera en la
segunda mitad de la década del noventa e inicios de los 2000.
En la descomposición se puede observar que tanto el ahorro privado como el
público subieron en la primera mitad de la década de 1990, para después
disminuir hacia el 2000, lo que se ve especialmente más fuerte para el ahorro
público. Es notable el fuerte ajuste del ahorro privado en el 2002.
Seguidamente, con el periodo de mayor crecimiento económico desde el 2003,
de la mano de las medidas de estabilización y el periodo del super ciclo de
altos precios internacionales de commodities, se puede ver un repunte en el
ahorro nacional total, alcanzando niveles por encima del 24% del PIB. Este
aumento se daría principalmente por la suba del ahorro privado.
Ahorro Doméstico, % del PIB
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.
Con la sucesión de eventos financieros y climáticos adversos, y con las
medidas de política económica, se podría decir que los choques negativos se
fueron acumulando sobre el ahorro público, lo cual ha resultado en una
tendencia a la baja de dicha variable.
En el periodo 2008-9 se da la conjunción de una fuerte sequía y la crisis
financiera internacional, ante lo cual se implementa el plan anticrisis, que
resultó en un aumento considerable del gasto público. Se puede observar una
notable reducción del nivel del ahorro público, que posteriormente se recupera
levemente.
Pero, lo que definitivamente generó un punto de inflexión fue la suba significativa
de los salarios públicos concretada para el ejercicio fiscal 2012, donde el
ahorro público se reduce de vuelta a niveles mínimos.
Luego, el plan de recuperación económica ante los efectos de la sequía en
el 2019 y después las medidas de apoyo a las familias y a la economía ante la
pandemia del Covid-19, explicarían el punto de inflexión de pasar de niveles
positivos a negativos de ahorro público.
En buena medida, el desahorro público habría sido contrarrestado por la
suba del ahorro privado, consiguiéndose así mantener los niveles del ahorro
nacional. Esto tiene que ver con la respuesta de los agentes privados ante los
cambios en el déficit fiscal, para lo cual hay diversos enfoques conceptuales a
considerar
El desahorro público que se financia con deuda pública podría subir las
tasas de interés, dado que los inversionistas podrían demandar una compensación
por el mayor riesgo. Sin embargo, las tasas de interés han bajado en el
Paraguay, probablemente por el efecto de la menor inflación. De todas formas, la
incertidumbre que podría generar el desahorro público podría explicar el mayor
ahorro precautorio del sector privado.
De acuerdo con el enfoque de la equivalencia ricardiana, el desahorro
público puede ser compensado por el ahorro privado, dado que los privados
entienden que a futuro habría subas de impuestos (Barro, 1974). Esto resultaría
en que hay un efecto neto nulo en el ahorro nacional.
Desde otro enfoque, el financiamiento del déficit fiscal vía deuda pública
crea activos para la canalización de los recursos del sector privado, lo que
podría apoyar a la formación de ahorros. De hecho, el desarrollo de los títulos
de deuda pública ha sido un paso fundamental para elevar el desarrollo de los
mercados de capitales (BM, 2019).
Los diversos enfoques mencionados se complementan para explicar por qué el
ahorro privado podría subir cuando el ahorro público se reduce, lo cual se
probará con cierta rigurosidad más adelante.
Hay otros factores exógenos, como los términos de intercambio, que quizás
podría contribuir a explicar el estancamiento del ahorro nacional de los
últimos años.
La ratio de los precios internacionales de exportación con relación a los
precios de importación, denominada como “términos de intercambio”, es una
variable importante para la explicación del crecimiento económico y de los
ingresos, en economías abiertas y tomadoras de precios.
Una mejora de los términos de intercambio puede venir aparejada de una
mejora de la balanza comercial, una suba de los ingresos y hasta una
apreciación de la moneda (De Gregorio, 1994). Consecuentemente y en última
instancia, la mejora de los términos de intercambio podría impactar en el
ahorro.
Una mejora de términos de intercambio que se perciba duradera elevaría el
consumo, mientras que una mejora que se perciba como ocasional o transitoria,
se supone que debería elevar mayormente el ahorro. Lo anterior implica que
dicho efecto de la mejora de los términos de intercambio sobre el ahorro podría
ser nulo, negativo o positivo, dependiendo del comportamiento de los agentes
económicos.
Ahorro y términos de intercambio
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.
En el gráfico precedente se utiliza una medida de aproximación a los
términos de intercambio, con la ratio del precio internacional de la soja en
relación con el índice mundial de precios industriales del Fondo Monetario
Internacional. Aquí se compara con el ahorro privado, considerando que el
ahorro nacional esta mayormente influido por el ahorro privado y dado que el
ahorro público sigue generalmente la trayectoria determinada por decisiones de
política.
Se observa como las subas de los términos de intercambio parecen haber reducido
el ahorro privado en determinados momentos, mientras que las bajas habrían elevado
el ahorro. Es interesante notar la suba del ahorro privado que se dio a la par
de la notable baja de los términos de intercambio desde el 2014, de la mano del
término del periodo del super ciclo de las materias primas. Esto es muy
importante para el ajuste de la economía frente a choques externos.
Bono demográfico
y productividad
Ahora bien, un aspecto central en la evolución del ahorro pasa por la
estructura poblacional, con una dinámica del ahorro que se supone podría estar determinada
por la transición demográfica. En cierta forma se relaciona con la hipótesis
del ciclo vital, que para el nivel individual vaticina mayores niveles de
ahorro conforme la edad pasa por los años más productivos.
Al respecto, es importante tener presente que un país alcanza su potencial
en materia de mano de obra disponible para el trabajo, cuando su tasa o
relación de dependencia se reduce al mínimo, lo que se daría con el bono
demográfico, pudiendo significar una oportunidad para el desarrollo de la
economía del país. La tasa de dependencia sería la proporción de la suma de la población
menor a 15 años y mayor a 65 años, en relación con la población en edad activa,
comprendida entre dichos años.
Es decir, debería haber un aumento del ahorro, puesto que se supone que hay
una relación inversa entre ahorro y tasa de dependencia, lo que lleva luego a
esperar una acumulación de activos en el periodo de menor tasa de dependencia.
Ahorro y relación de dependencia
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial.
En el gráfico precedente se puede observar la relación esperada, donde para
el caso de los países de ingresos medios hubo una baja de la relación de
dependencia hasta cerca de 50, con la tasa de ahorro subiendo desde poco más
del 20% del PIB hasta el 35% del PIB en los últimos 30 años.
De vuelta, para el caso de América Latina y Paraguay, el comportamiento
parece ser distinto. Las tasas de dependencia se han reducido, mientras que el
ahorro también se ha reducido, lo que más bien podría ser resultado del efecto
de otras variables. En particular, lo antes señalado en cuanto al menor nivel
de la productividad.
En el siguiente gráfico se puede ver la evolución de la relación de dependencia,
el ahorro privado y la productividad. A pesar de lo mencionado previamente, la
relación de la tasa de dependencia con el ahorro parece ser inversa en los
datos de series de tiempo, como se puede observar en el gráfico.
La productividad es una variable de vital importancia en la economía,
puesto que sus mejoras generan efectos positivos en diversas dimensiones,
resultando generalmente en mejoras en los ingresos y en la calidad de vida.
Se puede visualizar algunas tendencias en la evolución de la productividad.
Durante la década del noventa parece haberse dado una tendencia a la baja, de
la mano de los eventos de inestabilidad y volatilidades financieras, mientras
que los primeros años desde el 2000 y hasta el 2014 se habría dado una
tendencia al alza. Sin embargo, en los últimos diez años, el nivel de la
productividad se habría mantenido estancado y con un crecimiento negativo del
0,6% anual.
Se podría decir que la estabilización macroeconómica permitió ganancias de
productividad, que resultaron en un buen crecimiento de la economía, pero luego
la sucesión de choques negativos, entre ellos la pandemia del Covid-19, y falta
de profundidad en las reformas en ciertos ámbitos como la educación, parecen
haber derivado en el estancamiento de la productividad.
Ahorro, relación de dependencia y productividad
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial y del Penn World Table para la productividad.
Entonces, podría haber una relación entre el estancamiento de la
productividad y la evolución del ahorro nacional y privado de la última década.
Se puede divisar en el siguiente gráfico el relativo atraso y estancamiento
de los últimos años en materia de productividad laboral, considerando la
producción por trabajador ocupado, comparada con los países adelantados de la
región, como Chile, Costa Rica y Uruguay.
El retraso en materia de productividad obedece a los bajos niveles de
capital humano, lo cual también explica consecuentemente los menores niveles de
eficiencia o productividad total de los factores productivos, así como
probablemente la relativa alta informalidad.
Productividad laboral***
Fuente: Elaboración propia con datos del Conference Board. *** En miles de dólares constantes a paridad del poder de compra.
Si bien existen otros factores determinantes del ahorro en la comparación
internacional, como el limitado desarrollo financiero y disponibilidad de
instrumentos para el ahorro (BID, 2016), este trabajo se centrará en las
variables revisadas previamente.
Aproximación a
los determinantes
La evolución del ahorro privado nacional se podría explicar cómo una
función de la productividad total de los factores, expresada en logaritmos, los
términos de intercambio también en logaritmos, la deuda pública en porcentaje
del producto interno bruto, la tendencia de la relación de dependencia, junto
con otras variables de control.
El objetivo es tener una cuantificación de la relación de largo plazo entre
la ratio del ahorro privado sobre el PIB y sus determinantes, para lo cual se
estimó una relación de cointegración. Si bien se evaluaron especificaciones
alternativas, el modelo simple que se mostrará seguidamente tuvo los mejores
resultados.
Más allá de que se reconoce que podría realizarse una demostración más
rigurosa de las relaciones, los resultados ilustran sobre la relevancia de las
variables consideradas en la explicación del ahorro.
En particular, se visualiza la significancia de la relación de dependencia
como variable explicativa, la cual tiene el signo correcto dada la relación
esperada con el ahorro, así como también la relevancia de la productividad, la
cual también tiene el signo esperado.
Los términos de intercambio resultaron con un coeficiente de signo
negativo, lo que indicaría que las mejoras en los precios internacionales que subieron
el ingreso habrían sido destinadas mayormente al consumo. Mientras que la deuda
pública resultó con un signo positivo, lo que significaría que la suba del
déficit fiscal habría motivado un mayor ahorro privado.
En base a estos resultados, revisando los aportes de las variables sobre la
evolución del ahorro privado, se podría constatar que la leve suba del ahorro
privado de los últimos diez años se explica, por la baja de la tasa de
dependencia, la baja del ahorro público y la baja de los términos de
intercambio, con un aporte prácticamente nulo de la productividad.
Resultados de la relación de largo plazo
Variable dependiente:
Ahorro doméstico privado, % PIB |
||
|
|
|
Variables * |
Coeficiente |
Error Estándar |
|
|
|
Productividad total |
0.1092 |
0.0361 |
Términos de intercambio |
-0.0402 |
0.0120 |
Deuda pública, % PIB |
0.0527 |
0.0231 |
Relación de Dependencia |
-0.2748 |
0.0362 |
|
|
|
R2 |
0.8497 |
|
N |
31 |
|
Varianza de largo plazo |
0.0001 |
|
|
|
|
*
Incorpora la constante, así como las variables de control, que serían una
dicotómica para el 2002 y una tendencia lineal, todas las cuales resultaron
significativas. Método Fully Modified Least Squares - FMOLS. Estimador de varianza de largo plazo con rezagos
elegidos según AIC. Periodo 1993-2023. |
Fuente: Elaboración
propia.
Los datos muestran una moderada suba de apenas 0,22% del PIB en el ahorro
privado en los últimos diez años, con un nivel promedio del 22,5% del PIB.
La baja en la relación de dependencia habría explicado un aumento de 0,12% en
el ahorro privado. El aporte de más trabajadores hacia el ahorro pudo haber
sido mayor si se acompañaba con subas en la productividad.
En base al modelo, se podría mostrar que la productividad sería la variable
fundamental para capitalizar el efecto del bono demográfico sobre el ahorro.
Si al menos se pudiera conseguir elevar gradualmente la productividad a los
niveles de países como Chile, Costa Rica y Uruguay, entonces eventualmente se
podría conseguir una suba permanente del ahorro privado hacia el 26% del PIB.
Perspectivas
finales
El ahorro doméstico privado debería haber sido mayor con el efecto del bono
demográfico, lo cual en cierta forma se ha visto.
Con la baja de la relación de dependencia se materializa el periodo de
mayor disponibilidad de mano de obra para la producción, lo que podría haber
generado una mayor suba del ingreso y del ahorro privado, de haber mediado un
mayor nivel de la productividad.
Una vez más, la productividad es fundamental, puesto que es la variable que
se podría impulsar en alguna medida con las políticas públicas, de forma a
conseguir un mayor desarrollo del país y en este caso un mayor nivel de ahorro.
Entonces, para obtener un mayor provecho del bono demográfico y estar
preparados para los desafíos de la transición demográfica, sería primordial
elevar la productividad, para lo cual se requieren reformas y una mayor
inversión en capital humano.
Referencias
bibliográficas
Barro, R. (1974). Are Government Bonds Net
Wealth? Journal of Political Economy, Vol. 82.
De Gregorio, J. y H. Wolf (1994). Terms of Trade,
Productivity, and the Real Exchange Rate. NBER Working Paper No. 4807.
Banco Central del Paraguay, BCP
(2024). Informe del Índice Confianza al Consumidor. Diciembre de 2024.
Banco Interamericano de Desarrollo, BID (2016). Ahorrar para Desarrollarse:
Cómo América Latina y el Caribe puede ahorrar más y mejor. Washington D.C.
Friedman, M. (1957). A Theory of the
Consumption Function. Princeton University Press.
Loayza, S., et al (2001). Una Revisión del Comportamiento y de los
Determinantes del Ahorro en el Mundo. Santiago: Documentos de Trabajo No. 95.
Banco Central de Chile.
Modigliani, F. (1976). Life-cycle, individual
thrift, and the wealth of nations. American Economic Review, 76.
Banco Mundial, BM (2019). Guía práctica sobre el potencial de desarrollo de
los mercados de capitales en las pequeñas economías. Washington.
Banco Mundial, BM (2022). Global Findex
Database 2021: Financial Inclusion, Digital Payments and Resilience in the Age
of COVID-19.
Orzag, G. et al (2004). Budget Deficits,
National Saving and Interest Rate. Brookings Institution.
Stephen Cecchetti, K. (2015). Money, Banking
and Financial Markets. New
York: Mc Graw Hill.
* Articulo publicado en la Revista Económica del Club de Economía de la Universidad Católica de Asunción, en su edición N° 3 del 2024.
[1] Se toma el nivel de adquisición neta de activos no financieros de la Administración Central como aproximación a la inversión pública, lo cual se suma al resultado global del Gobierno General.
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