sábado, 4 de agosto de 2012

Manifiesto por el sentido económico

Recientemente he adherido al “manifiesto por el sentido económico” (www.manifiestoforeconomicsense.org). Es una iniciativa global que busca juntar firmas en pos de poner racionalidad en la discusión de la política económica post-crisis financiera internacional, centrada actualmente en Europa.
La cuestión tiene que ver con las prescripciones que superponen ante todo la adopción de políticas de austeridad, como receta para salir del estancamiento económico. La evidencia del periodo de ajuste y crecimiento del Presidente Bill Clinton en EE.UU. durante la década del noventa, es una experiencia peculiar y poco aplicable a la generalidad de los casos. En Europa se espera que con la reciente adopción de medidas de mayor austeridad por parte de España, el crecimiento será restaurado en poco tiempo.
Si la crisis financiera internacional hubiera tenido sus orígenes en un excesivo endeudamiento público, entonces tuviera razón insistir en políticas de austeridad que impongan metas ambiciosas de superávit fiscal y de menor deuda púbica. Sin embargo, este no es el caso, puesto que detrás de la crisis financiera internacional hubo un endeudamiento privado excesivo y sin adecuada regulación.
Es cierto que la política fiscal tiene menos márgenes de maniobra en un contexto de altos déficit y elevada deuda. Pero, el eventual ajuste no se debería implementar mediante recortes en gastos de inversión, ni recortes en las transferencias de las redes de bienestar y seguridad social.
En particular, el programa debería incorporar una mejora de la eficiencia del gasto público, que no signifique la reducción de los gastos de capital, el cual combinado con políticas de apoyo a la competitividad y promoción del empleo, podrían ser suficientes para restaurar el crecimiento. Es necesario reconocer que hacer un ajuste por la vía de los gastos corrientes es política y prácticamente difícil de hacer, pero hay que intentarlo.
Es interesante la respuesta de avanzar en el sentido de una mayor integración fiscal del bloque europeo. Si esto se llega a materializar, la crisis actual habrá resultado en el afianzamiento de la unión europea, lo cual ratificaría que dicho proceso seguirá siendo el más importante en materia de integración. No será la primera vez que una situación de crisis ha propiciado medidas de fortalecimiento de la institucionalidad en entredicho.