sábado, 18 de febrero de 2012

Tendencias en medio de la volatilidad… Hacia dónde debería ir el tipo de cambio en Paraguay?

Normalmente la cotización del dólar norteamericano, o la cantidad de guaraníes que se requiere para conseguir un dólar, o simplemente el tipo de cambio (tc), es una variable económica que exhibe cierta volatilidad o variabilidad. Esta variabilidad se vuelve particularmente severa en periodos de incertidumbre. Sin embargo, a pesar de esto, es posible intuir algo sobre la tendencia que debería tomar.
Para ilustrar la importancia reciente del tema, en el mes de diciembre de 2011 se registro una cotización del dólar en relación al guaraní del orden de 4400 en promedio, mientras que en enero de 2012 el mismo cálculo promedio llego a 4600. Esto implica una elevadísima volatilidad de un mes a otro. Esto por supuesto ha suscitado debates, análisis, así como reclamos de intervención y control por parte del banco central.
Este trabajo de análisis pretende mostrar brevemente los fundamentos, la coyuntura y perspectivas de orientación de la tendencia del tc en los próximos meses.

Un poco sobre los fundamentos

Tiempo atrás se ha dado una amplia discusión académica sobre si los fundamentos económicos y financieros pueden decir algo sobre el tc. Se argumentó que la excesiva volatilidad del tc comparada con la baja volatilidad de las variables macroeconómicas fundamentales es una señal clara de que estos últimos poco explican el tc.
Hoy día sigue muy vigente un trabajo de la década del ochenta (1), por la cual se sostenía que en el corto plazo (hasta doce meses), el tc puede explicarse mejor por un proceso estadístico aleatorio y que los modelos estructurales, como el modelo monetario, pueden utilizarse con mayor confianza para las proyecciones mayor plazo (más de doce meses).
El modelo monetario básicamente incorpora un diferencial de tasas de interés (domestica menos externa) para explicar el tc. Un diferencial positivo de tasas actúa como imán para los capitales, llevando a una mejora de la cotización del tc (o apreciación).
En el caso de los países en vías de desarrollo, a esto se debe sumar el efecto de la estructura productiva, en la cual la evolución de los precios internacionales puede ser significativa para explicar el tc. Una mejora de los precios internacionales de los bienes que se exporta tiende a llevar a una apreciación del tc.
Hay otros fundamentos, especialmente importantes cuando se considera al tc ajustado por diferencias de precios o tipo de cambio real, como la productividad y el gasto interno. Pero en este trabajo el análisis del tc del Paraguay se concentrara en los fundamentos anteriores, controlando por la importancia de la coyuntura cambiaria de Brasil y Argentina.

Un poco de coyuntura

Se podría separar los aspectos relevantes de la coyuntura, según sean factores de origen externo o interno, con influencia potencial sobre el tc.
Entre los factores de origen externo, los más importantes para repasar son las tasas de interés, así como los precios internacionales. Todas estas son cuestiones vinculadas.
Las bajas tasas de interés internacionales prevalecerían durante todo el 2012 y el 2013, como consecuencia de las políticas económicas preocupadas por la recuperación en los países desarrollados. La Reserva Federal (Banco Central) de los EE.UU. ha realizado recientemente un anuncio de que mantendrá su tasa de interés de referencia en torno a 0,25% (efectivamente aún más baja) hasta el 2014. Esto se traduce en la práctica en tasas de interés en dólares (libor) ancladas en niveles muy bajos en los próximos años.
Lo anterior, junto con los déficit estructurales (fiscal y externo) de los EE.UU., resulta en una debilidad del dólar en los mercados internacionales, y esto a su vez resulta en una fortaleza de los precios internaciones de los productos que exportamos. Por tanto, se trata de una situación estructural que volverá, dejando atrás la volatilidad reciente, con la consecuente tendencia a la apreciación del guaraní.
En particular, de acuerdo a un índice que relaciona la moneda de EE.UU. con las monedas de sus principales socios comerciales, el dólar se ha venido apreciando en los meses previos (a un ritmo decreciente, hasta mediados de enero), de la mano de la incertidumbre generada por la situación de la zona euro, lo cual generó un “fly to quality” hacia el dólar.
Como se decía antes, los fundamentos estructurales vuelven y pesan en la evolución del tc y de hecho los datos recientes dan cuenta de una depreciación del dólar del 0,6% semanal, desde mediados de enero y durante febrero de 2012. Asimismo, la situación de dólar y las perspectivas de las regiones productivas han llevado a una mejora de los precios internacionales, como ha sido el caso del precio de la soja, el cual ha subido un 6% en las últimas semanas. Todo esto apunta hacia una apreciación de la moneda nacional.
Entre los factores domésticos o internos, la retracción del sector agrícola y el ganadero, como consecuencia de la sequia y el brote de aftosa, así como la ralentización del comercio, tanto de exportaciones como importaciones, es otro factor que ha incidido en la coyuntura cambiaria. Sin embargo, mucho de esto pareciera haber sido un exceso de pesimismo en las primeras semanas del 2012, con consecuencias negativas en las expectativas y seguramente en el crecimiento económico.
Llamativamente las exportaciones registradas aumentaron 38% en enero, aportando unos US$ 96 millones adicionales a la economía (en relación a enero de 2011), mientras que las importaciones cayeron 4,7%, significando esto menos salidas de divisas por US$ 38 millones. Consecuentemente, el balance del comercio de bienes ha dejado un mayor nivel de divisas en la economía en el mes de enero de 2012. A pesar de esto, el tc sufrió una deprecación. Claro, recuerde que los fundamentos macro poco explican la volatilidad de corto plazo.
Aunque se pueden haber dado algunas tensiones en el mercado cambiario intra-día, con la consecuente volatilidad y suba, el resultado del comercio exterior es un indicador claro de que el tc se habría depreciado más allá de lo razonable. Por tanto, se espera una normalización del mercado, que en algún momento tome conocimiento de los fundamentos estructurales que deberían llevar a una corrección del tc.
Aunque el análisis coyuntural no es exhaustivo, el balance de los factores parece indicar que el tc debería de vuelta apreciarse en algún momento. De hecho, en los últimos días la cotización del guaraní con respecto al dólar se ha apreciado a un ritmo diario del 0,8%.

Tendencia… Hacia donde?

En medio de la volatilidad reciente, es posible identificar cierta tendencia (con cierto y significativo desvío estándar), dada la coyuntura reciente y la evolución esperada de algunas variables clave (2), que a continuación se detalla:
- Diferencial positivo de tasas de interés hacia la región, con influjos de capital (salvo que se acentúe la inestabilidad por el Euro y se dé otra vez un “fly to quality”);
- Depreciación del dólar en los mercados internacionales, como resultado de los factores estructurales antes mencionados;
- Moderada caída de los términos de intercambio, como consecuencia de la desaceleración económica global;
- Leve apreciación del real brasilero y moderada depreciación del peso argentino, de la mano de la política cambiaria de cada país.
Con todo esto, se realiza un ejercicio de proyección, centrando posteriormente la atención en la tendencia, dada la volatilidad reciente. La tendencia de la proyección apunta a un promedio de apreciación del 3% para el periodo 2012, como se puede ver en el siguiente gráfico. Así como en la proyección de activos financieros, es conveniente fijar la atención en las tasas de variación antes que en los niveles.

El tipo de cambio (tc) y su tendencia (guaraníes por dólar)
Fuente: elaboración propia.

El resultado es consistente con la intuición económica de hacia donde debería ir el tc. Lo anterior no necesariamente implica que los valores del mercado cambiario spot se ubicarían en torno a la tendencia, puesto que se dan oscilaciones importantes en el corto plazo, especialmente en periodos de incertidumbre. Pero, los movimientos del tc en torno a la tendencia generan normalmente diferencias que en valores promedio tienden a desaparecer.

Citas

(1) Meese and Rogoff (1983), “Empirical exchange rate models of the seventies: Do they fit out of sample?” Journal of International Economics.
(2) Para esto se emplea un modelo en el cual el tc depende del diferencial de tasas de interés domestica e internacional (i-i*), la cotización internacional del dólar (us$), así como los precios internacionales de exportación (psoja) y las principales paridades de la región (real brasilero y peso argentino), controlando por efectos inerciales (rezagos).

sábado, 4 de febrero de 2012

El crecimiento económico reduce la pobreza en Paraguay? Un breve análisis del periodo 2003-2010

En los últimos años se ha dado un debate interesante sobre los efectos de crecimiento económico en el bienestar. La percepción popular es que el crecimiento macroeconómico, que se traduce en una mejora de los ingresos, no se refleja en una reducción del número de pobres.
En el periodo 2003-2010, el crecimiento económico promedió el 4.9%, lo que implica un crecimiento acumulado del 40%. Mientras, la pobreza se redujo en 1.9 puntos cada año en promedio, reduciéndose en todo el periodo un 9.36%. Esta aparente débil relación ilustra la problemática aludida en el debate público.
En realidad, en este trabajo se demuestra que el crecimiento económico si ha tenido un efecto positivo en la reducción de la pobreza.
En primer lugar, recuérdese que la pobreza se puede caracterizar como una situación de carencia de recursos (o ingresos), que no permite satisfacer (costear) una canasta de necesidades básicas (pobreza no extrema, o simplemente pobreza) y en un extremo no permite satisfacer necesidades de alimentación (pobreza extrema o indigencia).
La pobreza que se analizará en adelante es aquélla que se mide desde el punto de vista del ingreso (denominado como método indirecto o por líneas de pobreza) sin ahondar en la satisfacción de las necesidades básicas insatisfechas. La Dirección de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC), “define como población pobre a aquel conjunto de personas residentes en hogares cuyo nivel de bienestar (medido a través del ingreso) es inferior al costo de una canasta básica de consumo”. Esto significa que se calcula una línea de pobreza, para determinar de acuerdo al ingreso registrado por cada persona, si la misma se clasifica como pobre o no pobre. Para medir la magnitud de la pobreza se calculan relaciones o ratios entre el total de pobres y la población.
Por otro lado, el análisis formal explica los cambios en el ratio de pobreza (pobres dividido la población) como resultado de la influencia del crecimiento económico y la redistribución de la riqueza. La pobreza puede disminuir cuando la mayor producción (crecimiento) resulta en mejores ingresos y/o nuevas oportunidades de empleo. Entonces, el crecimiento puede ser “pro pobre” cuando ayuda a reducir la pobreza. Puede darse una situación en la cual la pobreza no disminuye con el crecimiento, como consecuencia probable de una estructura productiva que crece sin demandar más mano de obra.
Asimismo, la pobreza puede disminuir como consecuencia de una política pública de redistribución de ingresos, que aumenta los ingresos de dichos estratos. Por ejemplo, una política de transferencias, como los programas tipo “hambre cero” en Brasil o “Tekoporá” en Paraguay, pueden contribuir significativamente a la reducción de la pobreza.
En este sentido, en este trabajo se muestra una estimación de las contribuciones de cada una de estas variables (crecimiento y redistribución) en la variación de la pobreza, a través de lo que se conoce la técnica estadística de “descomposición de la pobreza en efectos crecimiento y distribución”, la cual es una metodología bastante empleada, producto del trabajo de Datt y Ravallion. (Para mayor información consultar: Datt, Gaurav y Ravallion, Martin (1992), "Growth and redistribution components of changes in poverty measures: A decomposition with applications to Brazil and India in the 1980s", Journal of Development Economics.)
En base a esta metodología, para calcular el efecto crecimiento se mantiene constante la distribución del ingreso del año base, en este caso el año 2003. Análogamente para calcular el efecto distribución se mantiene constante el ingreso del año 2003. El residuo resultante se considera como un efecto interacción entre ambas variables.
Mediante la aplicación de esta metodología, se puede ver en el cuadro anterior que el crecimiento ha tenido mayor predominancia en la explicación de la caída del 9.36% de la pobreza entre el 2003 y el 2010. Particularmente, un noventa por ciento del cambio en el ratio de pobreza (-8.34%) se explica exclusivamente por el efecto del crecimiento económico.
Mientras que para el mismo ratio de pobreza (no extrema) se puede ver el reducido impacto de la redistribución, lo cual muestra el carácter todavía reducido de la política social y de redistribución de ingresos en el país, a pesar de la expansión del programa “Tekoporá.”
Pero, en el caso del ratio de indigencia, no solamente se ha reducido menos la pobreza extrema, sino que el empeoramiento de la distribución de ingresos ha contrarrestado notablemente el efecto del crecimiento. El ratio de indigencia solo se redujo en 1.83%, lo cual fue gracias a que el crecimiento económico contribuyo con una reducción del 5.12%, que fue compensado por una mayor concentración de los ingresos (3.29%).
La indigencia se hubiese reducido en mayor proporción si la desigualdad se mantenía constante o mejoraba. Considerando que la pobreza extrema se concentra en el sector rural, esto es una señal de alerta para las políticas públicas. Igualmente, se debe reconocer que de no haber sido por el crecimiento económico, la pobreza extrema hubiera experimentado una suba.
Una vez más, el tema de la redistribución de ingresos en el área rural debe ser considerado como un pilar estratégico en los próximos años, en la tarea de disminuir la incidencia de la pobreza extrema. Aunque el crecimiento económico contribuya favorablemente a la reducción de la pobreza total y la indigencia, la desigualdad imperante termina erosionando esos efectos.
Por otro lado, este trabajo deja clara evidencia de la importancia del crecimiento económico para reducir la pobreza, lo cual pretende contribuir al debate y al cambio de la creencia popular. El hecho de que dicha relación sea relativamente débil, es decir, que resulte de una baja elasticidad, es consecuencia probable de un componente estructural importante en la pobreza.
En síntesis, se requieren políticas que promuevan un mayor y sostenido ritmo de crecimiento económico, acompañadas fuertemente de políticas redistributivas con el fin de capitalizar los resultados macroeconómicos positivos en la reducción de la pobreza.