viernes, 3 de marzo de 2017

Déficit fiscales buenos y malos


La Administración Central del Estado Paraguayo tuvo un déficit fiscal del 1,4% del PIB en el 2016, cumpliendo con la Ley de Responsabilidad Fiscal. Esto es bueno por varios motivos, entre ellos porque cumplir con la meta fiscal fortalece la credibilidad de la política fiscal.
Pero la palabra déficit tiene una connotación negativa y varias personas podrían interpretar que es malo tener otra vez déficit fiscal, y hasta podrían reclamar al Estado que equilibre sus finanzas. Pero un déficit fiscal puede ser bueno, especialmente cuando el mismo puede impulsar el crecimiento y desarrollo de una manera sostenible.
Un poco de conceptos
Que el Estado realice más compras (gasto público) en relación a sus ingresos (recaudación) puede ser positivo, puesto que es una expansión de la economía, y con más compras del Estado habrá más ventas de empresas, lo cual puede poner en acción un círculo virtuoso de ventas, ingresos y empleos. Ahora, que un déficit fiscal pueda efectivamente expandir la economía depende de varios factores, como la situación actual de la producción, la credibilidad de la política fiscal, así como también del grado de integración financiera, entre otros factores.
En general un déficit fiscal puede ser expansivo cuando las empresas tienen cierta capacidad productiva ociosa o como se dice a nivel macro: “la economía tiene holguras de capacidad”. En ese caso las mayores compras del Estado impulsarán la economía, puesto que las empresas utilizarán su capacidad ociosa, produciendo más, generando nuevos ingresos y contratando más trabajadores. Si hubiera un aumento del gasto público con la economía en su máxima capacidad de producción (pleno empleo), entonces no habría efecto sobre el crecimiento real (volumen de producción) sino solo sobre los precios.
Asimismo, un mayor gasto público solo tendría efecto si se tiene una política fiscal que es creíble para todos. Cuando la política fiscal goza de credibilidad, entonces todos asumen que lo anunciado por el Estado es efectivo y en ese caso las empresas tomarán decisiones de producción para satisfacer la mayor demanda del Estado.
Por otro lado, el mayor gasto público podría reducir la inversión privada, lo que achicaría el efecto expansivo. Esto podría ocurrir cuando el mayor gasto público requiere mayor financiamiento del mercado interno, donde el Estado entra a competir por financiamiento limitado, lo cual elevaría las tasas de interés y reduciría la inversión (efecto expulsión). Esto no se daría en Paraguay, dado que la mayor parte de los gastos de capital actualmente se realizan con dinero del crédito externo.
Asimismo, si la expansión fiscal se va hacia bienes importados entonces el efecto expansivo sería reducido. En esa misma línea, con una elevada integración financiera de la economía, la expansión fiscal al elevar la tasa de interés podría también reducir la cotización de moneda extranjera, lo que ocurría por el ingreso de capitales hacia la economía. Esto podría encarecer los productos de exportación y abaratar los importados, lo cual podría empeora la balanza comercial. Ahora si la economía no es muy integrada financieramente —que es el caso del Paraguay— entonces el mayor gasto público puede ser expansivo. Este mecanismo no ha sido estudiado para el caso de la economía paraguaya, lo que puede ser un interesante tema de investigación.
Ahora el efecto positivo para la economía puede ser corto o duradero. En ese sentido es muy importante determinar si el déficit fiscal, que es un desahorro público, es provocado por más gastos corrientes o por más gastos de capital. Un déficit fiscal impulsado por más gastos corrientes (más salarios y/o más transferencias) puede tener un efecto positivo pero de muy corto plazo, no pudiendo sostenerse por mucho tiempo. Esto puesto que el desahorro público reduce el ahorro nacional y también la inversión privada a largo plazo, puesto que se tratan de gastos rígidos que no pueden reducirse en el tiempo, restando grados de libertad a la política fiscal.
El caso es muy distinto si el déficit fiscal es impulsado por más gastos de capital o inversiones públicas, puesto que al elevar la infraestructura rutas, puentes, maquinaria y por tanto el stock de capital físico con que cuenta la economía para producir, se puede elevar la producción de manera permanente. Esto puesto que el desahorro fiscal fue a parar a más inversión y eso es lo que permite elevar de manera sostenida la capacidad de producción, de crecimiento y los ingresos (también para el Estado). Lo que está detrás es que el gasto en inversiones tiene un efecto multiplicador más grande que los gastos corrientes, lo cual es el caso cuando la inversión pública es destinada a proyectos rentables económica y socialmente.
Ahora, un economista liberal podría acusarme de tener un enfoque keynesiano. Este economista podría decir que un mayor gasto público es un shock que afecta negativamente el bienestar, puesto que el Estado requerirá más recursos para pagar la deuda. Entonces, el economista liberal presume que habrá más pronto que tarde una reforma tributaria que cargará con más impuestos a las empresas y consumidores. Esto supone que los consumidores no gastarán el ingreso adicional que recibirían, lo cual no tiene mucho sentido en un mundo donde hay escases y la gente gasta la mayor parte de sus ingresos (restricciones de liquidez). Este enfoque podría tener sentido en situaciones donde hay un Estado ya muy endeudado, lo que genera incertidumbre para los consumidores y empresarios. Este claramente no es el caso del Paraguay.
Mi percepción es que un déficit fiscal es bueno cuando hay una política fiscal creíble, hay holguras de capacidad, hay menor nivel de integración financiera, y cuando el déficit es causado por más gasto de inversión pública. Esto es auto sostenible, porque el déficit tiene efectos de corto y largo plazo, es decir su efecto expansivo puede ser duradero, puesto que significa mayor gasto o demanda hoy y mayor capacidad de crecimiento económico y generación de ingresos a futuro. 
Resultado estructural es la medida de déficit fiscal más precisa
Cuando el objetivo es analizar la situación de las finanzas públicas es necesario entender bien cada uno de los indicadores de resultado fiscal. Hay distintas medidas de resultado fiscal, que van desde el resultado global convencional de ingresos totales menos gastos totales, pasando por el resultado primario que sería el mismo resultado convencional excluyendo el gasto en intereses, y el resultado fiscal estructural, que ajusta ingresos y gastos por el efecto del ciclo económico.
Aunque el resultado global es el indicador más simple, este presenta ciertos inconvenientes para el análisis, puesto que es sensible a los cambios en el ciclo económico, medidas tomadas tiempo atrás y operaciones extraordinarias, todo lo cual puede distorsionar el análisis. Se pueden dar situaciones donde un menor crecimiento derive en un mayor déficit global, lo cual no es necesariamente resultado de medidas discrecionales de política fiscal. Asimismo, este indicador de resultado global puede ser sensible a medidas tomadas en otras administraciones, cuando el déficit global puede ser más grande por un mayor gasto en intereses de la deuda pública originada en administraciones anteriores o cuando la tasa de interés varía por factores externos a la economía. O podrían darse ingresos excepcionales por la venta de una empresa pública por ejemplo, lo cual también distorsiona la interpretación del resultado fiscal global.
La medida de resultado primario permite corregir solo el último inconveniente de la medida de resultado global, pero es la medida de resultado estructural la que permite corregir todos los inconvenientes mencionados antes. El resultado estructural es la diferencia entre los ingresos estructurales de largo plazo y los gastos estructurales. Estos ingresos y gastos estructurales descuentan el efecto del ciclo económico, lo cual refleja el resultado fiscal en condiciones de crecimiento económico normal o de tendencia. La medida del resultado fiscal estructural brinda una mejor aproximación a la verdadera situación subyacente de las finanzas públicas y tener así una mejor interpretación.
Para el cálculo del resultado estructural en el caso de Paraguay no hay ajustes por el lado del gasto público, dado que no existen partidas del gasto que obedezcan al ciclo económico, como los seguros de desempleo, pero si hay ajuste por el lado de los ingresos dada la sensibilidad de los ingresos tributarios al ciclo económico. Entonces, solamente se calculan los ingresos estructurales o cíclicamente ajustados, que serían los ingresos fiscales en condiciones normales, cuando la economía crece a su ritmo normal o de tendencia.
Finanzas Públicas en 2016
El ejercicio fiscal 2016 ha sido uno de los mejores en la historia de las finanzas públicas del Paraguay. Se tuvo un déficit fiscal del 1,4% del PIB, cumpliendo con la Ley de Responsabilidad Fiscal y un déficit estructural que se habría reducido al 0,8% del PIB. También se tuvo por primera vez después de mucho tiempo una caída real del gasto en salarios del 0,8% del PIB. Esto implica que el Estado ha podido generar un ahorro operativo en su gasto de funcionamiento y que todo el déficit fiscal se debe a los gastos de capital o inversiones.
Medidas de Resultado Fiscal de la Adm. Central (En % del PIB)
 

Fuente: Elaboración propia en base a la metodología propuesta en el Informe de las Finanzas Públicas de la República del Paraguay, del Proyecto de Presupuesto General de la Nación 2017.
Ahora, es cierto que este déficit fiscal del 2016 —tanto el global como estructural— es menor al déficit del 2015, lo cual significaría que el impulso fiscal a la economía sería menor. En rigor, este impulso fiscal tiene relación con el cambio del resultado fiscal estructural.
Algunas lecturas se pueden extraer de las mediciones de resultado fiscal del 2016. Aunque el crecimiento económico —4%— estuvo más o menos en línea con la tendencia o potencial en el 2016, los ingresos fiscales efectivos crecieron por debajo de los estructurales, lo cual explica la diferencia entre el resultado global y el estructural. El menor crecimiento de los ingresos efectivos en relación al estructural puede tener relación con el proceso de ajuste en un contexto de menor crecimiento, donde el ingreso estructural se va ajustando de una manera más lenta, dado que se trata de un ingreso ligado al producto interno bruto de tendencia. Mientras que la reducción de la carga del gasto rígido en salarios ayudó a mejorar ambas medidas de resultado fiscal.
Ingreso, Gasto y Resultado de la Adm. Central (En % del PIB)
 

Fuente: Elaboración propia en base al informe de Situación Financiera de la Adm. Central. 
Uno podría preguntarse si la política fiscal es la correcta en el contexto económico actual y ahí la respuesta parece orientarse a que el ajuste o reducción del gasto parece no ser necesario, dado que si la economía crece a su ritmo potencial, entonces una política fiscal neutral pareciera ser la más apropiada. Pero, desde la perspectiva de política, considerando la obligación de cumplir con la Ley de Responsabilidad Fiscal y la necesidad de generar espacio fiscal para la inversión pública, entonces el ajuste o reducción de la carga del gasto corriente era la respuesta de política correcta. Esto permite fortalecer la credibilidad de la política fiscal, pero quizás a costa de un menor impulso fiscal hacia la economía.
Sin embargo, es interesante ver que el gasto público excluido las inversiones tuvo una caída real de 0,6%, mientras que la inversión creció en términos reales más del 16,5%. Por lo tanto, mejoró la estructura del gasto público, con más inversiones y menos gastos salariales. Y por lo visto antes, este déficit fiscal podría tener un efecto duradero dado que obedece a mayores gastos de inversión y la inversión tiene un efecto multiplicador mucho mayor que los gastos corrientes.
Finalmente, desde la perspectiva de todo lo anterior se puede decir que tenemos un déficit fiscal bueno, que puede contribuir positivamente a corto y mediano plazo a la expansión de la economía, y que es claramente sostenible a juzgar por la mejora del resultado estructural.

sábado, 13 de agosto de 2016

Determinantes Macro de la Pobreza II


Se dice que las segundas versiones muchas veces resultan ser malas versiones de la primera y original. Bueno, aquí el desafío es doble entonces: por un lado darle otra vez vida a este blog; y por otro que la segunda versión de esta nota sea tan buena como la primera (¡modestia aparte!).

Algunos artículos recientes en los medios y el inicio de un nuevo semestre de #Macro1UC, fueron las excusas perfectas para actualizar la regresión de los determinantes macro de la pobreza.

En el primer artículo del 26 de julio de 2016 (1), un periodista del diario ABC Color entrevista al respetado Econ. Cesar Barreto (Ex Ministro de Hacienda), quien alerta –sin mostrar evidencia- que el crecimiento actual del 3,5% o hasta 4% anual es insuficiente para sostener el ritmo de reducción de la pobreza de años pasados, cuando la economía crecía al 5% anual.

Coincidente con la misma preocupación, el editorial del diario Ultima Hora del 8 de agosto de 2016 se titulaba “Que el menor crecimiento económico no afecte a la gente” (2). En el editorial se afirma que el crecimiento por sí solo no conlleva a mejoras en el ámbito social, aunque reconoce que es una condición necesaria para crear empleos, al tiempo que insta al Gobierno a implementar medidas para evitar que el menor crecimiento económico resulte en peores condiciones de vida.

Con un enfoque más amplio, la Dra. Verónica Serafini sostiene en la reciente edición de la Revista Economía y Sociedad (3) que los avances económicos permitieron reducir la pobreza de ingresos y la desigualdad, pero que todavía queda un estrato de población vulnerable que puede sufrir retrocesos en sus estándares de vida. Correctamente la Dra. Serafini señala algunos determinantes duros que todavía necesitan mejorar para reducir la vulnerabilidad social.

Asimismo, en un artículo del diario La Nación denominado “El buen desempeño macro también llega a la microeconomía” (4), se cita a economistas del Gobierno y del sector privado, quienes esperan que la reciente mejora de indicadores macro llegue a la microeconomía de la gente.

Todos estos artículos comparten una cierta preocupación sobre el riesgo de que la desaceleración del crecimiento económico signifique un cambio en la tendencia de reducción de la pobreza en el Paraguay. El ratio de la cantidad de personas pobres en relación a toda la población se redujo a una tasa promedio del 5,6% anual en el periodo 2003-2015.

Después de más de diez años de sostenido crecimiento y reducción consecuente de la pobreza, hoy ya no se cuestiona que el crecimiento macroeconómico llega a los ingresos microeconómicos de las familias. La preocupación ahora pasa por determinar si este nuevo ritmo de crecimiento –de mantenerse- será suficiente para seguir reduciendo la pobreza.

En la primera versión de esta nota la idea fue probar que la macroeconomía si le llegó a la microeconomía (¡misión cumplida!) y en esta segunda versión el desafío es probar que un crecimiento económico del 3,5% anual seguiría reduciendo la pobreza, pero posiblemente a un ritmo menor.

En esta segunda versión les ahorro la explicación conceptual del modelo, lo cual fue suficientemente abordado en la primera versión. La regresión actualizada –ver gráfico- muestra tan buenos resultados como su primera versión (hay cointegración, signos correctos, buen ajuste, errores con distribución normal, homcedasticos, sin autocorrelación, etc.).


Fuente: @HArielCol

Y lo más interesante es que el parámetro asociado al crecimiento económico resulta mayor. Por cada 1% adicional de crecimiento económico la cantidad de pobres se puede reducir en 1.46%, lo cual significa que el crecimiento económico ha sido pro-pobre. Es decir, que el crecimiento económico fue excepcionalmente bueno para reducir la pobreza, por lo que esta última se ha reducido –ceteris paribus- más que proporcionalmente al crecimiento económico.

El coeficiente de la sensibilidad de la pobreza a la inflación se mantiene estable o estadísticamente igual a la primera versión, mientras el coeficiente relacionado a la distribución se ha reducido. Esto último puede deberse por el peso de los últimos datos, donde la desigualdad ha mostrado escaso cambio, con una pobreza que siguió bajando, explicada por el mayor crecimiento y la baja inflación.

Ahora el ejercicio novedoso en esta segunda versión es simular que pasaría si la economía crece al 3.5% anual de manera permanente o un magro 1,5% anual. En este ejercicio se supone que la inflación se mantiene en 4.5% anual, conforme a la meta oficial, y que la desigualdad se mantiene igual. Del ejercicio de simulación se puede concluir que la pobreza podría seguir descendiendo con una tasa de crecimiento económico del 3.5% anual (Base), pero ciertamente con una pendiente menor en relación a los años anteriores, que se traduce en una tasa promedio de reducción de solo 3% anual (llegando el ratio de pobreza a 16% en el 2025).

Si el crecimiento económico se redujera al 1.5% anual (Simulación), la pobreza se estancaría en el 21% de la población en el mediano plazo, por lo que una tasa de crecimiento económico inferior al 1.5% resultaría probablemente en un aumento de la pobreza.

Aunque los parámetros pueden cambiar hacia delante, un escenario de crecimiento inferior al 1.5% es poco probable en la perspectiva actual. Pero, reducir la pobreza a un ritmo más lento no es viable social ni políticamente, por lo cual habrá que aplicar políticas públicas que promuevan el crecimiento, por ejemplo mediante la movilización del ahorro interno hacia la inversión. Así también, se debe profundizar aquellas políticas públicas que mejoren los determinantes duros de la pobreza, como la educación, la salud, entre otras. Con profundizar me refiero a destinar más recursos a estas áreas, pero también mejorar la eficiencia y focalización de los mismos.




jueves, 16 de enero de 2014

Determinantes Macro de la Pobreza

Motivación

Hay un mito popular en el Paraguay que dice que el crecimiento económico carece de importancia, puesto que en los últimos años la macroeconomía creció pero la pobreza no ha disminuido en correspondencia. En realidad, el crecimiento económico aquí y en todas partes es la única forma de reducir de manera sostenida y sustentable la pobreza. Esto debido a que el crecimiento económico genera más empleo y con más ingresos laborales la pobreza termina retrocediendo. En la práctica es posible que se den situaciones en donde el crecimiento económico no genera reducción de la pobreza, lo cual seguramente tendría relación con la evolución de otras variables determinantes de la pobreza, que pudieron haber contrapesado el efecto positivo del crecimiento. La pobreza tiene que ver con aspectos multi-dimesionales, relacionados con los ingresos, así como con factores estructurales como la educación. Así es que podemos analizar a la pobreza desde una perspectiva microeconómica y/o desde una perspectiva macroeconómica. En este trabajo se propone un modelo que explica la evolución de la pobreza desde una perspectiva macro. La pobreza es una variable dependiente de la evolución de los ingresos. Cuanto crece el ingreso y como se distribuye dicho crecimiento del ingreso son variables determinantes. Por lo tanto, el crecimiento económico medido por el Producto Interno Bruto real (PIB) y el cambio en el indicador de la distribución de ingreso (GINI) son variables significativas. En el siguiente gráfico se puede ver que el crecimiento económico impacta inversamente en la pobreza. Cuando mejora el crecimiento económico, los ingresos normalmente mejoran en alguna proporción, con lo cual la pobreza debería disminuir. Es interesante la experiencia del año 2006, cuando el crecimiento económico fue del orden del 5% (real) y el ratio de pobreza subió en 5 puntos. Esto que es totalmente contra-intuitivo no significa que el crecimiento no mejora la pobreza, sino que debemos evaluar que otras variables pudieron haber afectado a la pobreza.

Diferencial del Ratio de Pobreza, Crecimiento Económico (PIB) y Diferencial del Indicador de Distribución del Ingreso (GINI) (Var. % Anual) 

Fuente: Elaboración propia con datos oficiales. 

Los cambios en la distribución del ingreso (diferencial en el coeficiente Gini) tienen una asociación directa con la evolución de la pobreza. En este caso se ve un efecto todavía más significativo, lo cual se explica en el hecho de que las mejoras en la distribución tienen un impacto muy importante en el nivel de ingresos de los estratos más bajos. Volviendo a la experiencia del 2006, se puede ver que el empeoramiento de la distribución puede explicar la suba de la pobreza en ese año. Por otro lado, existe un efecto de la inflación (medido por el Indice de Precios al Consumidor (IPC)) sobre la pobreza. El vínculo directo tiene relación con la actualización de la línea de pobreza, la cual se mantiene a valores reales. Asimismo, hay un vínculo que podría ser indirecto, en el sentido de que la inflación afecta asimétricamente a los ingresos y al gasto. Esto implica que habría un impacto inverso de la evolución de la inflación sobre la pobreza. Este impacto asimétrico de la inflación es particularmente significativo en los estratos de ingreso más bajo, donde la inflación (especialmente la de alimentos) impacta inmediatamente al gasto, puesto que se requiere más unidades de dinero para comprar la misma cesta de consumo. Asimismo, en dichos estratos la inflación impacta menos los ingresos, puesto que una elevada proporción de los mismos se realizan en el sector informal, donde no rigen las reglas de ajuste de los salarios a la inflación. En particular, se puede ver en el siguiente gráfico como la inflación afecta directamente la evolución del costo de la canasta básica de consumo, con la cual se calcula la línea de la pobreza para el total país. Claramente, cuando sube la inflación el costo de la canasta básica de consumo sube y como los ingresos pueden no acompañar la suba de la inflación, entonces la pobreza se vería afectada negativamente. En la misma línea de la distribución, el aumento de la inflación de alimentos es otro de los determinantes que contrapesaron el efecto del crecimiento en el 2006 y resultaron en una suba de la pobreza en ese año. Hay que considerar que en los últimos años se ha modificado la variable de precios para el ajuste de la línea de pobreza. Antes se tomaba el Índice General del Índice de Precios al Consumidor y actualmente se toma el Índice de la agrupación de Alimentos, para ajustar a valores reales la línea de pobreza. No existe una correspondencia directa exacta como se podría esperar, debido a que para la línea de pobreza del área rural se realizan otros ajustes, considerando que solo se dispone del IPC del área metropolitana.

Línea de Pobreza e Inflación (Var. % Anual)  
Fuente: Elaboración propia con datos oficiales. 

Tomando en consideración que todavía no se dispone del dato de pobreza del 2012, los datos presentados sirven para evaluar que podría haber pasado. Sin embargo, dado que en el 2012 se dio una caída del producto y una fuerte reducción de la inflación de alimentos, no podemos inferir cual podría haber sido el efecto neto. Dicho efecto neto dependerá también de la evolución de la distribución, la cual es otra variable que no se dispone actualizada a la fecha. Ahora bien, para el 2013 se podría producir una reducción del ratio de pobreza, puesto que la inflación de alimentos se mantiene baja y la suba de los ingresos serían relativamente alta, dado el crecimiento económico que se viene registrando. La inflación de alimentos a diciembre de 2013 se ubicó en 3,7%, mientras que el PIB real del 2013 creció 13,6%. De todas formas, el efecto neto de una combinación de diversas variables  dependerá del valor que podría tomar las elasticidades respectivas de la pobreza al crecimiento, a la distribución y a la inflación.

Modelo, resultados e implicancia 

En consideración al análisis de la sección anterior, se plantea un marco conceptual simple, desde una perspectiva global o macro, para explicar la evolución de la pobreza en función de las variables explicativas antes mencionadas. En estricto rigor, debería plantearse un modelo con datos de panel para mediar el impacto de las variables antes mencionado sobre la pobreza. Sin embargo, dado el carácter aleatorio de las Encuestas Permanentes de Hogares, se presenta esta aproximación macro. En particular, se calcula las elasticidades del efecto del crecimiento, la inflación y la distribución, sobre la pobreza. Los efectos esperados a priori y el modelo general planteado es del siguiente tipo:

POBREZA = f (IPC (+), PIB (-), GINI (+))

Para estimar elasticidades simples de series de tiempo, se ha tomado el número de la población en condiciones de pobreza como la variable dependiente. La ecuación incorpora a la inflación como variable explicativa, considerando que tiene relación con el efecto asimétrico de la misma sobre la pobreza.
Se podría argumentar que debería incorporarse la tasa de desempleo como una variable explicativa antes que el crecimiento o a la par de este. En cualquier caso dicho argumento sería muy discutible, puesto que el crecimiento económico es una variable resumen más potente. Esto debido a que cuando mejora el crecimiento hay normalmente una mejora del ingreso de los ocupados y nuevos ingresos de los nuevos ocupados que antes estaban desempleados. Si se incorporará solamente la tasa de desempleo se omitiría el efecto de mejora del ingreso de quienes están ocupados y si se pone a la par dicha tasa de desempleo junto con el crecimiento como variables explicativas, se tendría un problema de multicolinealidad. Por todo esto, es mejor mantener solamente el crecimiento económico como variable explicativa. 

Resumen de Resultados (Periodo 1995-2011) 
Fuente: Elaboración propia. 

Los resultados son satisfactorios, puesto que los coeficientes son holgadamente significativos, con los signos esperados ex – ante confirmados ex – post. El ajuste del modelo es bastante bueno y los errores presentan un buen comportamiento, con distribución normal, sin problemas de heterocedasticidad o autocorrelación. Además, los errores son estacionarios.
El coeficiente asociado al crecimiento económico confirma que cuando la macroeconomía crece, todo lo demás constante, habría una reducción más que proporcional en la pobreza. En particular, el valor del coeficiente indica que por cada punto porcentual de crecimiento del PIB real, la cantidad de población en situación de pobreza disminuye en 1,16%. Todo lo demás constante (Ceteris Paribus) significa que la distribución del ingreso y la inflación se mantienen constantes.
En el siguiente gráfico se presenta una simulación del impacto de dicha elasticidad en un periodo largo de tiempo (diez años). En base al modelo presentado, se simula la evolución del ratio de pobreza ante dos escenarios de crecimiento económico. En un escenario se suponen condiciones normales con crecimiento económico del 4% anual, distribución de ingreso constante (Coeficiente de Gini en 0,5) e inflación en 5% anual. En otro escenario se simula el impacto de duplicar el crecimiento del PIB real, manteniendo constantes la distribución y la inflación, con los mismos valores del escenario anterior.

Simulación del Ratio de Pobreza (% anual) ante Escenarios de Crecimiento Económico

Fuente: Elaboración propia.

La simulación permite visualizar el impacto del crecimiento económico, con su efecto más que proporcional (elasticidad) sobre la pobreza, en un periodo de diez años. Partiendo de un nivel del 28% de población en condición de pobreza en relación al total de la población, en condiciones normales como la de los últimos años, se podría conseguir bajar la pobreza hasta el 23,9%. Si se duplica el ritmo de crecimiento económico, del 4% al 8% anual, se podría conseguir bajar el ratio de pobreza en los próximos diez años hasta el 15,4%. Es decir, de poco más de cuatro puntos porcentuales que podría bajar la pobreza en condiciones normales, se podría conseguir bajar la pobreza en más de doce puntos porcentuales, duplicando el ritmo de crecimiento económico. Claramente, el impacto del crecimiento económico sería más que proporcional sobre la pobreza, puesto que duplicando el crecimiento se podría triplicar el ritmo de descenso de la pobreza.
El propósito principal del trabajo presentado fue evaluar el impacto de las variables macro sobre la pobreza, cuantificando precisamente el impacto de cada una. Lo anterior se ha cumplido, con una aproximación simple a la estimación de la elasticidad crecimiento de la pobreza. Una implicancia importante de este trabajo, demostrada con el valor de la elasticidad y con la simulación, es que la elasticidad crecimiento de la pobreza es significativa y relativamente alta en Paraguay, en contraposición a la creencia popular.

Determinantes Macro de la Pobreza

Motivación

Hay un mito popular en el Paraguay que dice que el crecimiento económico carece de importancia, puesto que en los últimos años la macroeconomía creció pero la pobreza no ha disminuido en correspondencia. En realidad, el crecimiento económico aquí y en todas partes es la única forma de reducir de manera sostenida y sustentable la pobreza. Esto debido a que el crecimiento económico genera más empleo y con más ingresos laborales la pobreza termina retrocediendo. En la práctica es posible que se den situaciones en donde el crecimiento económico no genera reducción de la pobreza, lo cual seguramente tendría relación con la evolución de otras variables determinantes de la pobreza, que pudieron haber contrapesado el efecto positivo del crecimiento. La pobreza tiene que ver con aspectos multi-dimesionales, relacionados con los ingresos, así como con factores estructurales como la educación. Así es que podemos analizar a la pobreza desde una perspectiva microeconómica y/o desde una perspectiva macroeconómica. En este trabajo se propone un modelo que explica la evolución de la pobreza desde una perspectiva macro. La pobreza es una variable dependiente de la evolución de los ingresos. Cuanto crece el ingreso y como se distribuye dicho crecimiento del ingreso son variables determinantes. Por lo tanto, el crecimiento económico medido por el Producto Interno Bruto real (PIB) y el cambio en el indicador de la distribución de ingreso (GINI) son variables significativas. En el siguiente gráfico se puede ver que el crecimiento económico impacta inversamente en la pobreza. Cuando mejora el crecimiento económico, los ingresos normalmente mejoran en alguna proporción, con lo cual la pobreza debería disminuir. Es interesante la experiencia del año 2006, cuando el crecimiento económico fue del orden del 5% (real) y el ratio de pobreza subió en 5 puntos. Esto que es totalmente contra-intuitivo no significa que el crecimiento no mejora la pobreza, sino que debemos evaluar que otras variables pudieron haber afectado a la pobreza.

Diferencial del Ratio de Pobreza, Crecimiento Económico (PIB) y Diferencial del Indicador de Distribución del Ingreso (GINI) (Var. % Anual) 

Fuente: Elaboración propia con datos oficiales. 

Los cambios en la distribución del ingreso (diferencial en el coeficiente Gini) tienen una asociación directa con la evolución de la pobreza. En este caso se ve un efecto todavía más significativo, lo cual se explica en el hecho de que las mejoras en la distribución tienen un impacto muy importante en el nivel de ingresos de los estratos más bajos. Volviendo a la experiencia del 2006, se puede ver que el empeoramiento de la distribución puede explicar la suba de la pobreza en ese año. Por otro lado, existe un efecto de la inflación (medido por el Indice de Precios al Consumidor (IPC)) sobre la pobreza. El vínculo directo tiene relación con la actualización de la línea de pobreza, la cual se mantiene a valores reales. Asimismo, hay un vínculo que podría ser indirecto, en el sentido de que la inflación afecta asimétricamente a los ingresos y al gasto. Esto implica que habría un impacto inverso de la evolución de la inflación sobre la pobreza. Este impacto asimétrico de la inflación es particularmente significativo en los estratos de ingreso más bajo, donde la inflación (especialmente la de alimentos) impacta inmediatamente al gasto, puesto que se requiere más unidades de dinero para comprar la misma cesta de consumo. Asimismo, en dichos estratos la inflación impacta menos los ingresos, puesto que una elevada proporción de los mismos se realizan en el sector informal, donde no rigen las reglas de ajuste de los salarios a la inflación. En particular, se puede ver en el siguiente gráfico como la inflación afecta directamente la evolución del costo de la canasta básica de consumo, con la cual se calcula la línea de la pobreza para el total país. Claramente, cuando sube la inflación el costo de la canasta básica de consumo sube y como los ingresos pueden no acompañar la suba de la inflación, entonces la pobreza se vería afectada negativamente. En la misma línea de la distribución, el aumento de la inflación de alimentos es otro de los determinantes que contrapesaron el efecto del crecimiento en el 2006 y resultaron en una suba de la pobreza en ese año. Hay que considerar que en los últimos años se ha modificado la variable de precios para el ajuste de la línea de pobreza. Antes se tomaba el Índice General del Índice de Precios al Consumidor y actualmente se toma el Índice de la agrupación de Alimentos, para ajustar a valores reales la línea de pobreza. No existe una correspondencia directa exacta como se podría esperar, debido a que para la línea de pobreza del área rural se realizan otros ajustes, considerando que solo se dispone del IPC del área metropolitana.

Línea de Pobreza e Inflación (Var. % Anual)  
Fuente: Elaboración propia con datos oficiales. 

Tomando en consideración que todavía no se dispone del dato de pobreza del 2012, los datos presentados sirven para evaluar que podría haber pasado. Sin embargo, dado que en el 2012 se dio una caída del producto y una fuerte reducción de la inflación de alimentos, no podemos inferir cual podría haber sido el efecto neto. Dicho efecto neto dependerá también de la evolución de la distribución, la cual es otra variable que no se dispone actualizada a la fecha. Ahora bien, para el 2013 se podría producir una reducción del ratio de pobreza, puesto que la inflación de alimentos se mantiene baja y la suba de los ingresos serían relativamente alta, dado el crecimiento económico que se viene registrando. La inflación de alimentos a diciembre de 2013 se ubicó en 3,7%, mientras que el PIB real del 2013 creció 13,6%. De todas formas, el efecto neto de una combinación de diversas variables  dependerá del valor que podría tomar las elasticidades respectivas de la pobreza al crecimiento, a la distribución y a la inflación.

Modelo, resultados e implicancia 

En consideración al análisis de la sección anterior, se plantea un marco conceptual simple, desde una perspectiva global o macro, para explicar la evolución de la pobreza en función de las variables explicativas antes mencionadas. En estricto rigor, debería plantearse un modelo con datos de panel para mediar el impacto de las variables antes mencionado sobre la pobreza. Sin embargo, dado el carácter aleatorio de las Encuestas Permanentes de Hogares, se presenta esta aproximación macro. En particular, se calcula las elasticidades del efecto del crecimiento, la inflación y la distribución, sobre la pobreza. Los efectos esperados a priori y el modelo general planteado es del siguiente tipo:

POBREZA = f (IPC (+), PIB (-), GINI (+))

Para estimar elasticidades simples de series de tiempo, se ha tomado el número de la población en condiciones de pobreza en relación como variable dependiente. La ecuación incorpora a la inflación como variable explicativa, considerando que tiene relación con el efecto asimétrico de la misma sobre la pobreza.
Se podría argumentar que debería incorporarse la tasa de desempleo como una variable explicativa antes que el crecimiento o a la par de este. En cualquier caso dicho argumento sería muy discutible, puesto que el crecimiento económico es una variable resumen más potente. Esto debido a que cuando mejora el crecimiento hay normalmente una mejora del ingreso de los ocupados y nuevos ingresos de los nuevos ocupados que antes estaban desempleados. Si se incorporará solamente la tasa de desempleo se omitiría el efecto de mejora del ingreso de quienes están ocupados y si se pone a la par dicha tasa de desempleo junto con el crecimiento como variables explicativas, se tendría un problema de multicolinealidad. Por todo esto, es mejor mantener solamente el crecimiento económico como variable explicativa. 

Resumen de Resultados (Periodo 1995-2011) 
Fuente: Elaboración propia. 

Los resultados son satisfactorios, puesto que los coeficientes son holgadamente significativos, con los signos esperados ex – ante confirmados ex – post. El ajuste del modelo es bastante bueno y los errores presentan un buen comportamiento, con distribución normal, sin problemas de heterocedasticidad o autocorrelación. Además, los errores son estacionarios.
El coeficiente asociado al crecimiento económico confirma que cuando la macroeconomía crece, todo lo demás constante, habría una reducción más que proporcional en la pobreza. En particular, el valor del coeficiente indica que por cada punto porcentual de crecimiento del PIB real, la cantidad de población en situación de pobreza disminuye en 1,16%. Todo lo demás constante (Ceteris Paribus) significa que la distribución del ingreso y la inflación se mantienen constantes.
En el siguiente gráfico se presenta una simulación del impacto de dicha elasticidad en un periodo largo de tiempo (diez años). En base al modelo presentado, se simula la evolución del ratio de pobreza ante dos escenarios de crecimiento económico. En un escenario se suponen condiciones normales con crecimiento económico del 4% anual, distribución de ingreso constante (Coeficiente de Gini en 0,5) e inflación en 5% anual. En otro escenario se simula el impacto de duplicar el crecimiento del PIB real, manteniendo constantes la distribución y la inflación, con los mismos valores del escenario anterior.

Simulación del Ratio de Pobreza (% anual) ante Escenarios de Crecimiento Económico

Fuente: Elaboración propia.

La simulación permite visualizar el impacto del crecimiento económico, con su efecto más que proporcional (elasticidad) sobre la pobreza, en un periodo de diez años. Partiendo de un nivel del 28% de población en condición de pobreza en relación al total de la población, en condiciones normales como la de los últimos años, se podría conseguir bajar la pobreza hasta el 23,9%. Si se duplica el ritmo de crecimiento económico, del 4% al 8% anual, se podría conseguir bajar el ratio de pobreza en los próximos diez años hasta el 15,4%. Es decir, de poco más de cuatro puntos porcentuales que podría bajar la pobreza en condiciones normales, se podría conseguir bajar la pobreza en más de doce puntos porcentuales, duplicando el ritmo de crecimiento económico. Claramente, el impacto del crecimiento económico sería más que proporcional sobre la pobreza, puesto que duplicando el crecimiento se podría triplicar el ritmo de descenso de la pobreza.
El propósito principal del trabajo presentado fue evaluar el impacto de las variables macro sobre la pobreza, cuantificando precisamente el impacto de cada una. Lo anterior se ha cumplido, con una aproximación simple a la estimación de la elasticidad crecimiento de la pobreza. Una implicancia importante de este trabajo, demostrada con el valor de la elasticidad y con la simulación, es que la elasticidad crecimiento de la pobreza es significativa y relativamente alta en Paraguay, en contraposición a la creencia popular.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Perspectivas sobre las Prioridades en el marco de las Metas de Inflación

En una reciente publicación periodística (1) se presentaba una perspectiva sobre la posibilidad de reducir la meta inflacionaria. Dicha meta, que actualmente se fija en 5% de variación anualizada del Índice de Precios al Consumidor, se podría bajar al 3%.
El objetivo de establecer una meta inflacionaria más ambiciosa es bajar la inflación efectiva en el mediano al largo plazo. Un escenario económico con inflación baja y estable es beneficioso para todos.
Importancia de una Menor Inflación… quien no quisiera algo así?
Poco es lo que se podría decir sobre la importancia de reducir la inflación para una economía en desarrollo como la paraguaya. Una menor inflación significaría una menor tasa para el peor de todos los impuestos (la mismísima tasa de inflación!), un mayor crecimiento económico potencial, la mejora de los ingresos reales y finalmente la reducción de la pobreza.
En concreto, mediante una baja de la inflación en el largo plazo se podría conseguir directamente menores tasas de interés, así como un contexto más favorable para la inversión, puesto que la rentabilidad real de los proyectos subiría. Todo esto da cuentas del efecto positivo de la menor inflación sobre el potencial de crecimiento económico en el largo plazo.
Y lo más importante, es que además de mejorar el crecimiento económico, una menor tasa de inflación en el largo plazo podría mejorar el nivel de los ingresos reales (poder adquisitivo de salarios) y por lo tanto podría reducir la pobreza. A continuación un simple ejercicio para visualizar el impacto de una menor inflación sobre la pobreza.
Impacto de Una Menor Inflación sobre la Pobreza (% de la Población)
Fuente: Elaboración propia. 
En el gráfico precedente se muestra el impacto de una menor tasa de inflación en el mediano plazo sobre el porcentaje de población pobre (ratio de pobreza). Manteniendo constante el crecimiento económico promedio de los últimos años (4,1%) y la estructura en materia de distribución del ingreso (Índice de Desigualdad Gini en 0,5), se proyectan escenarios en materia de evolución de la pobreza, condicional a dos escenarios en materia de inflación.
En el escenario base se supone que se mantiene y cumple con la meta inflacionaria actual del 5% anual, mientras que en el escenario de simulación se supone que se establece y mantiene una meta inflacionaria del 3%. Como se puede ver, en el mediano plazo hay una diferencia estadísticamente significativa en el ratio de pobreza.
De concretarse la reducción de la inflación al 3% anual, para el 2023 se podría generar una reducción adicional de la pobreza en 3,5 puntos en el ratio de pobreza. Esta es una diferencia estadísticamente significativa y socialmente importantísima. Con este simple ejercicio queda clara la relevancia de bajar la tasa de inflación en el mediano plazo.
Metas de Inflación y Canal del Crédito
Hace poco tiempo atrás el Banco Central del Paraguay (BCP) empezó a hacer pública su meta del 5% para la variación de los precios o inflación interanual (que debería ser de cumplimiento continuo), con un rango de tolerancia del 2,5% (+/-). Esto posteriormente se categoriza claramente en el marco de la política de metas de inflación, mediante una Resolución del BCP.
En un marco o esquema de metas de inflación, se anuncia un objetivo inflacionario y mediante una tasa de referencia de política monetaria se va señalizando y tratando de orientar el gasto hacia niveles coherentes con el objetivo. Esto fue un cambio significativo, pasando de un enfoque de programación monetaria (basado en agregados) a un enfoque basado en señales para el mercado (basado en tasas de interés).
Evolución de la Inflación y su Tendencia
Fuente: Elaboración propia. 
El alto grado de apertura, la consecuente fuerte vulnerabilidad a los choques (shocks, eventos no anticipados) externos, sumando a la dependencia de los commodities y el alto grado de traspaso de las variaciones del tipo de cambio hacia los precios (pass through), son todos aspectos característicos de la economía paraguaya que no hacen fácil para la política monetaria la consecución de la meta inflacionaria.
Sin embargo, del 2005 y hasta el 2012 el promedio de inflación anual fue 6,7%, lo cual se ubica por debajo del techo de tolerancia de la política monetaria (hasta 7,5%). En función a todo lo anterior, se podría evaluar positivamente los resultados del marco de metas de inflación. Esto puede ser producto del mismo marco de política, de una combinación de factores positivos o de la misma fortuna.
De cualquier forma, el éxito relativo del marco de metas de inflación le debe créditos a la política fiscal, puesto que no se han dado situaciones de dominancia fiscal, y en los últimos años los resultados superavitarios del fisco han contribuido a la contención del crédito interno y por lo tanto al control de la inflación.
Hay otros elementos positivos relacionados con el marco de metas de inflación. Concretamente, hoy se cuenta con los Informes de Política Monetaria, así como los comunicados de las reuniones del Comité Ejecutivo de Operaciones de Mercado Abierto, lo cual es positivo considerando el rol del Estado en el ámbito macroeconómico. Todo esto tiene relación con el fuerte componente comunicacional que caracteriza a las metas de inflación.
Sin embargo, todavía quedan tareas pendientes para profundizar y avanzar en dicho esquema de metas de inflación. Estas incluyen la identificación precisa de los choques (shocks) que podrían desviar la inflación efectiva de la meta comprometida. Además, hay otros elementos estructurales relacionados con la necesidad de fomentar un mayor nivel de intermediación financiera en moneda nacional, de forma a fortalecer el canal del  crédito, puesto que a través de este se opera con el marco de metas.
Crédito Bancario (% del PIB)
Fuente: Elaboración propia.
En particular, un tema sumamente importante para que la política de metas de inflación sea más efectiva es el desarrollo y profundización del canal del crédito. El canal del crédito tiene que ver con el grado de bancarización o de amplitud de la intermediación financiera en la economía. El ideal es que se tenga un elevado grado de profundización en el canal del crédito, el cual se puede evaluar simplemente viendo la relación de créditos al Producto Interno Bruto (PIB). Con un alto desarrollo financiero las señales de la política monetaria de metas, por la vía de la tasa de interés de referencia, llegan más rápidamente y afectan al gasto.
En el gráfico anterior se puede visualizar que el grado de profundización financiera es relativamente reducido en el caso del Paraguay. En la comparación con los países desarrollados (OECD) o con los países de América del Sur que tienen régimen de metas de inflación más avanzados, se puede ver que hay mucho espacio para mejorar la efectividad potencial del régimen de metas de inflación en el Paraguay.
El valor de la meta y la volatilidad
Es oportuno realizar algunas precisiones sobre aspectos que se debería considerar cuando se plantea la posibilidad de reducir la meta inflacionaria. En concreto, hay otros aspectos también relacionados al marco de política que deberían fortalecerse.
El valor puntual de la meta, que debería ser fruto de una discusión pública, también refleja el grado de ambición de la política. Al respecto, dicha meta podría fijarse en un valor cercano a la tendencia de una manera realista, sin poner mayor presión sobre la economía. También se podría fijar la meta por debajo de la tendencia, de la mano de un plan para reducir gradualmente la inflación efectiva hacia la meta.
En cualquier caso, la consecución de la meta inflacionaria se debería realizar a la par de tratar de acotar la volatilidad inflacionaria. El contexto ideal es uno en el cual la media inflacionaria es más o menos estable, con una volatilidad o desviación que se mantiene significativamente por debajo de dicha media. Esta sería la situación de un país con previsibilidad en materia inflacionaria. Al respecto, en el siguiente gráfico se presenta la evolución reciente de la inflación mensual y su volatilidad. 
En dicha evolución podrían marcarse varias etapas, donde la línea de separación seria la evolución de la volatilidad medida por la desviación estándar de la inflación mensual, pero también por la distancia entre esta y la media. Para el análisis se ha tomado la media y desviación móvil de 24 meses, el cual es un horizonte adecuado para la política monetaria (2).
Evolución de la Volatilidad Inflacionaria (Media y desviación móvil de 24 meses)
Fuente: Elaboración propia.
En el decenio 1993-2002 la media de inflación mensual fue relativamente estable, con la desviación al mismo nivel de la media. Se puede apreciar en el gráfico un aumento de la volatilidad en el decenio 2003-2012, con la medida de desviación excediendo a la media del periodo. Esto es un claro indicio de una mayor volatilidad de la inflación.
Aunque en el 2013 se ve una disminución, tanto de la media como de la desviación, esto podría ser una cuestión coyuntural relacionada con la evolución del gasto (débil crecimiento), y de algunos precios clave (salario mínimo, gasoil y pasaje público). Sin embargo, la volatilidad se mantendría en una proporción similar al quinquenio 2008-2012, puesto que se mantiene la diferencia significativa entre la media y la desviación.
La cuestión de la volatilidad de la inflación es un tema central que hace a la percepción sobre la estabilidad de los precios. Con shocks recurrentes y alta volatilidad, resultaría muy costoso alcanzar y mantener una meta inflacionaria ambiciosa.
Se podría correr el riesgo de establecer una política estructuralmente recesiva, al pretender una meta de inflación más baja y ambiciosa en un contexto de choques continuos y recurrentes. Esto debido a que se establecería la tasa de interés de referencia de la política monetaria en un nivel relativamente alto, buscando acercar la inflación efectiva a la meta.
De otra forma, se podría aprovechar un contexto de economía en alto crecimiento para aplicar un esquema de metas de inflación con un objetivo bajo y ambicioso. En una economía en alto crecimiento económico se producen externalidades positivas para la inflación, como la mejora de la productividad, con lo cual el esfuerzo requerido en materia de tasa de interés puede ser menor para acercar la inflación efectiva a la meta.
Que dicen en el exterior sobre las metas de inflación?
Actualmente, la discusión internacional sobre la política de metas de inflación contiene elementos novedosos, relacionado con toda la evaluación de política macroeconómica post-crisis financiera internacional del 2008 (3).
La discusión sobre la política monetaria post-crisis pasa por la relación entre la política monetaria y los activos financieros, así como por el análisis de las medidas no convencionales de estimulo monetario. Entre todo esto, se resaltará la cuestión sobre el valor de la meta, así como la cuestión del tipo de cambio en economías muy abiertas.
En el contexto de la crisis ha quedado evidenciada la necesidad de contar con mayor espacio o margen para impactar en la economía. Al respecto, en las economías con metas inflacionarias la tasa de interés de política y la inflación se han llevado a niveles muy bajos, dejando poco espacio de maniobra como para impactar significativamente en la economía cuando se requiera mediante la política monetaria. Por lo tanto, actualmente se considera la necesidad de establecer metas no tan bajas para mantener cierto espacio para la política monetaria.
Otra cuestión interesante a considerar es que actualmente se reconoce que en economías muy abiertas, sujetas a choques externos de términos de intercambio y a los amplios movimientos de los flujos de capitales, no tiene sentido el fundamentalismo del marco de metas de inflación que deja al tipo de cambio como una variable endógena. En concreto, dado el impacto que podría tener las oscilaciones del tipo de cambio, este podría formar parte de la función objetivo del banco central, con lo cual las intervenciones y los controles de capitales podrían ser relevantes, al menos en el corto plazo.
Estos elementos son muy relevantes, interesantes y oportunos al momento de evaluar el marco de metas de inflación en el Paraguay.
Consideraciones finales… pero preliminares!
Posiblemente el Paraguay va ingresar a un periodo de fuertes inversiones en materia de infraestructura (Ojalá!), lo cual seguramente va estresar todo el mercado, puesto que significaría una fuerte demanda de insumos y factores de producción en niveles de alta utilización. Inicialmente, esto podría traer consigo algo de inflación, lo cual habría que considerar al momento de evaluar una meta inflacionaria más baja.
El elevado grado de apertura de la economía paraguaya y su fuerte vulnerabilidad a los vaivenes de los términos de intercambio, de la demanda externa, de las tasas de interés y de los movimientos de capitales, seguiría siendo una característica estructural del Paraguay. Esto es otro elemento importante a considerar, al menos con una adecuada caracterización de los choques que podrían desviar sustancialmente la inflación de la meta.
Además, existen otras tareas que por ahí requieren de mayor atención, como fortalecer el canal del crédito, así como reducir la volatilidad inflacionaria. Mejorar los indicadores en estas cuestiones resultaría en una política monetaria más efectiva y creíble.
Por todos estos argumentos, sería conveniente evaluar la conveniencia de avanzar en el contexto actual en una meta más ambiciosa para la inflación. Aunque los beneficios de una menor inflación quisiéramos disfrutarlo todos, parece que actualmente hay otros desafíos prioritarios, con lo cual la reducción de la meta y la inflación efectiva seria una cuestión de una próxima etapa de desarrollo del marco de metas de inflación.

Referencias
(1) “Paraguay podría reducir su meta de inflación, según candidato al BCP”, http://www.lanacion.com.py/articulo/137940--paraguay-podria-reducir-su-meta-de-inflacion-segun-candidato-al-bcp.html
(2) Dado la experiencia internacional sobre los rezagos largos y variables de la política monetaria.
(3) Ball, Laurence (2013), "The case for 4% inflation", VoxEU.org (http://www.voxeu.org/article/case-4-inflation).

sábado, 6 de abril de 2013

Reglas Macro Fiscales

Ahora que tanto se habla sobre el tema de la responsabilidad fiscal y reglas fiscales, parece oportuno rescatar unos viejos apuntes del año 2006.
Si bien actualmente la deuda pública del Paraguay es reducida, la sanción reciente de presupuestos públicos deficitarios en el Parlamento ha encendido el debate sobre la necesidad de preservar la sostenibilidad fiscal como un activo fundamental para mantener la estabilidad macroeconómica y promover el crecimiento de largo plazo. 
Las experiencias de crisis regionales, generadas por manejos fiscales poco prudentes, han derivado en propuestas de reglas de conducción para la política fiscal. 
En esta línea, sería ideal la aplicación de una regla de política óptima para un horizonte temporal determinado, que garantice que los cambios consideren la situación cíclica de la economía.
Principios y Criterios Fundamentales
Entre los principios fundamentales que se debería seguir en el manejo de la política fiscal, están la transparencia, la estabilidad, responsabilidad, la equidad, y la eficiencia. En primer lugar, la transparencia es fundamental en todo lo relacionado con la fijación de los objetivos. Asimismo, el principio de estabilidad, se refiere a que la política adoptada sea predecible y consistente. 
Por otra parte, el principio de equidad se refiere a la imperiosa necesidad de que las medidas adoptadas consideren los efectos redistributivos sobre el ingreso y lo que es aún más importante, los efectos sobre las generaciones venideras. 
En cuanto a la eficiencia, solo en la medida que se construya credibilidad en torno a las instituciones económicas se conseguirá mayor efectividad en la aplicación de las políticas aplicadas. En ese sentido, se debería acotar la discrecionalidad de la autoridad, aunque con clausulas de escape para tener cierta flexibilidad. Entonces, debe haber un equilibrio entre credibilidad y flexibilidad. Concretamente, el planteamiento básico consiste en una política basada en la discrecionalidad limitada por reglas.
En la adopción de reglas, se deberían tener en cuenta algunos criterios importantes, para garantizar su éxito. Un criterio fundamental es que la regla debe ser sostenible en el tiempo y referirse a una meta de saldo presupuestario o deuda pública total. Particularmente, en la medida que se establecen más metas u objetivos cuantitativos, mayor será la probabilidad de no alcanzar simultáneamente todos, pudiendo surgir conflictos en la implementación de la regla.
Otro criterio recomendable, es que la regla se refiera o especifique correctamente la definición de gobierno empleada, que preferiblemente debería ser el gobierno general. Esto surge de la necesidad de comprometer a actores importantes, como son los gobiernos departamentales y municipales, así como a las empresas de propiedad del Estado. En Paraguay, por las características institucionales de la política fiscal y de la deuda pública, acotar la regla al Gobierno Central podría ser suficiente. 
El criterio de correspondencia de la regla con el estadio del ciclo macroeconómico que atraviesa la economía del país, es otro criterio necesario para evitar el problema del sesgo pro cíclico de la política fiscal, tan común en los países latinoamericanos. En particular, esto tiene relación directa con la necesidad de emplear políticas contra cíclicas en situaciones de recesión económica, o con al menos mantener o sostener ciertos gastos esenciales, como ser los gastos de inversión pública. Poco es lo que puede mencionarse, sobre la importancia de evitar este sesgo pro cíclico y en particular, el sesgo anti inversión, que surge como consecuencia de las políticas de ajuste.
Reglas Fiscales Aplicadas
Por otra parte, las reglas fiscales adoptadas en los distintos países difieren en que algunos establecen metas de stock, mientras que en otros casos metas sobre flujos. Las metas sobre stock, se refieren en la mayoría de los casos al saldo de la deuda pública total, incluyendo la deuda interna y la externa. En el caso de las metas de flujo, estas generalmente están referidas al déficit fiscal global del sector público no financiero, inclusive en algunos sobre el gasto discriminado.
En cuanto al balance entre flexibilidad y credibilidad, las alternativas en las experiencias de otros países van desde la posibilidad de que el mismo gobierno establezca sus objetivos y metas, hasta los casos en que se establecen claramente los porcentajes máximos de déficit fiscal, así como topes para el incremento de los gastos y de la deuda pública, a través de una autoridad supranacional.
Es muy interesante la regla del Balance Estructural del Sector Público, empleado por los países europeos y recientemente por el gobierno de Chile. Concretamente, en el caso de Chile, la regla consiste en alcanzar una meta de superávit estructural del 1%, el cual se basa en cálculos de producto potencial, ajustando de esa manera los ingresos por efectos del ciclo económico.
El objetivo es contar con medidas de balance que reflejen la situación tendencial del sector público, independientemente de los efectos cíclicos y de los precios de materias primas relevantes. Permite a la política fiscal actuar en el corto plazo como política contra cíclica, produciendo déficit en situaciones de recesión económica y superávit en auges. Por otra parte, permite tener un horizonte temporal sobre la situación de las finanzas públicas, reduciendo la incertidumbre y aumentando la credibilidad de las políticas.
También, las denominadas Leyes de Responsabilidad Fiscal, adoptada por varios países de la región, como es el caso de Argentina y Brasil. En estos casos se establecen orientaciones para la reducción del déficit fiscal, así como topes para el crecimiento de ciertos gastos públicos (primario, corriente, personal), así como sistemas de control de las finanzas en periodos de elecciones públicas, y lo que es más interesante, la constitución de un fondo anticíclico fiscal, para estabilizar el gasto.
Propuesta para el Paraguay
En el caso del Paraguay, dada las dificultades de estimar un balance estructural, comunicar e imponer esto a todos los actores involucrados en el proceso presupuestario, se sugiere establecer una regla de acción simple, que se enfoque fundamentalmente en el gasto público del Gobierno Central.
En vista de la necesidad de contar con una medida del crecimiento tendencial de la economía y dada la restricción de grados de libertad para estimar alguna medida del producto potencial o de tendencia, se podría emplear un enfoque simple basado en la historia reciente. Esta tasa de crecimiento económico de tendencia podría basarse en la mediana de la tasa de crecimiento del producto de los últimos veinte o treinta años. Para establecer la tasa de crecimiento nominal, se debería considerar la estimación oficial o meta de inflación para cada año.
Al respecto, se propone una regla para el crecimiento del gasto público total del Gobierno Central, para asegurar la simetría de la política con cada estadio del ciclo económico. En particular, el gasto público podría fijarse que crezca a una tasa máxima o techo que no sea superior a la suma del crecimiento económico tendencial y la inflación de tendencia o meta de referencia de mediano plazo de la autoridad monetaria.
Claramente, un presupuesto público concebido de esta manera garantizaría la sostenibilidad de las cuentas fiscales en el mediano plazo. Además, operará de forma contra cíclica, debido a que mientras los ingresos recaudados caigan como consecuencia de una recesión, los gastos seguirían creciendo, y en particular, en aquellos rubros socialmente sensibles. Con esto se lograría paliar en cierta medida los males sociales que producen las recesiones y garantizar la protección social, generalmente descuidada en los países latinoamericanos en periodos malos.
Los debates que sería bueno escuchar
Aplicar una regla de política fiscal de este tipo, que descuente una preocupación importante, que tiene relación con la operación de un mecanismo casi automático de estabilización económica y garantice un perfil de sostenibilidad fiscal en el tiempo, permitiría que se empiecen a suscitar algunos debates que sería bueno escuchar, relacionados a la estructura del gasto público y su carácter distributivo.
Una vez fijado el techo del gasto, ahora la discusión se centraría en la composición del gasto, lo cual es el debate y reforma urgente que se requiere profundizar. El gasto público, concebido no solo como herramienta de política macroeconómica, sino como de la política de desarrollo es muy importante para ir generando los cambios estructurales que se necesitan.
Íntimamente relacionado con lo anterior está la cuestión de la distribución. La política fiscal puede ser un poderoso instrumento para mejorar la distribución del ingreso, no solo por el lado de los ingresos, sino fundamentalmente por el lado del gasto público. Los debates sobre la distribución en el Parlamento solamente se han dado sobre partidas globales, vinculadas a la asignación de recursos a las instituciones públicas. 
En la medida que estos debates empiecen a tomar lugar en la agenda de las políticas públicas y fundamentalmente en las discusiones del Parlamento sobre el Proyecto de Presupuesto de Gastos de la Nación, habrá posibilidades de que la política fiscal empiece a constituirse en un verdadero instrumento de política económica y de desarrollo para el país.
Bibliografía
Tommasi, M., Ardanaz, M. and Scartascini, C. (2010), "Political Institutions, Policymaking and Economic Policy in Latin America", Interamerican Development Bank, Working Paper Series No. IDB-WP-158.
Molinas, J. and Perez Liñan, A. (2005), "Who Decides on Public Expenditures?: A Political Economy Analysis of the Budget Process in Paraguay"Interamerican Development Bank.
Humberto Colmán (2005), "Política Fiscal y Ciclo Económico", Ministerio de Hacienda.
Patricio Rojas (2004), "Sostenibilidad de las Cuentas Fiscales en Paraguay", Ministerio de Hacienda.
CEPAL (2004), "Panorama de la Gestión Pública."
Jiménez (2002), "Perú: Sostenibilidad, Balance Estructural y Propuesta de una Regla Fiscal."
Marcel, Tockman, Valdés y Benavides (2001), "Balance Estructural del Gobierno Central: Metodología y Estimaciones para Chile 1987-2000."
Martner (2000), "Estrategias de Política Económica en un Mundo Incierto. Martner (2000)", CEPAL.

sábado, 19 de enero de 2013

Éxito de los Bonos Soberanos del Paraguay: Fundamentos macro o contexto global?

El debut de la República del Paraguay en el mercado financiero mundial ha sido un éxito! Una tasa de interés (o rendimiento) del 4,625% para una colocación de US$ 500 millones.

La tasa de interés pactada está solo 2,785% por encima de los Bonos del Tesoro de los Estados Unidos de América (EEUU), la cual se ubica en 1,84% (10 años). Esto es lo que se llama el spread soberano y significa una prima por percepción de riesgo de apenas 278,5 puntos, lo cual comparado con otros países es bajo. Por poner un ejemplo, si Argentina fuera hoy a los mercados financieros globales (todavía sigue sin acceso) tendría que pagar un 10% por encima de la tasa de los EEUU, lo cual es un spread de riesgo soberano de 1000 puntos, de acuerdo a una medición de bancos internacionales (1).

Esto es buenísimo, considerando el contexto político interno, de donde venia y hacia dónde va, del Paraguay. En particular, viniendo de un reciente juicio político que destituyo a un Presidente y a pocos meses de las elecciones generales, es notable el resultado alcanzado en la colocación de Bonos Soberanos.

Esto fue posible gracias a la iniciativa del Ministerio de Hacienda de posicionar a la economía nacional en los mercados internacionales. La pregunta que tendría que hacerse es si el excelente resultado obedece a una buena valoración que ha realizado el mercado sobre los fundamentos macroeconómicos del Paraguay o a un contexto global caracterizado por bajos retornos y exceso de liquidez?


Los fundamentos macro del Paraguay siguen siendo muy buenos. Solo por citar algunos: la relación deuda externa al producto interno bruto (pib) es inferior al 9% (EEUU tiene un valor alrededor del 100%); el saldo de reservas internacionales llega casi al 20% del pib (nivel similar al registrado en el periodo de construcción de la represa de Itaipú); inflación promedio del 5% en los últimos cinco años (Para una comparación, según datos extra-oficiales Argentina tiene una inflación mayor al 25% (2)); y, con perspectivas de crecimiento económico muy alentadoras, con un crecimiento esperado del 11% para el 2013 y alrededor del 5% en promedio para los próximos cinco años.

Pero, algunas veces los mercados financieros subvaloran estos fundamentos macro y ponen mayor peso en percepciones cualitativas. Sin embargo, una reciente investigación del Fondo Monetario Internacional (3) concluye que los fundamentos macro son especialmente importantes, en tiempos de crisis y debilidad económica, para conseguir spread más bajos. Por lo tanto, puede que los fundamentos antes mencionados hayan pesado sustancialmente en la visión de los inversionistas. En realidad, dicen que muchos de los inversionistas visitados han preguntado en más de una oportunidad si esos datos sobre los fundamentos macro son reales, lo cual posteriormente puede haber significado una alta valoración de los mismos.

Aunque, otro factor puede ser de una relevancia considerable para explicar este éxito y tiene que ver con el contexto global de bajos retornos y elevada liquidez. Los bajos rendimientos se ven en las tasas de interés que se ubican en 0,3% (libor a 3 meses en dólares) y en el 3,8% de rendimiento de los bonos corporativos de la mayor calificación (AAA de Moodys).

Y esto tiene que ver con un nivel de liquidez muy elevado, que tiene relación con las tres rondas de Quantitative Easing (QE) realizadas por la Reserva Federal (FED) de los EEUU. Esto ha sido una compra agresiva de activos por parte de la FED para reinflacionar la economía estadounidense. Una prueba clara del exceso de liquidez es que en esta oportunidad de colocación de Bonos Soberanos se han presentado ofertas por US$ 5.573 millones, es decir casi 12 veces mayor a la intención de colocación del Paraguay.

Por tanto, el apetito por rendimientos en un contexto financiero global con alta liquidez puede haber sido un factor de relevancia para el éxito de la colocación de los Bonos Soberanos del Paraguay. Esto mismo ha sido manifestado por un experto del Deutsche Bank al Financial Times (4), quien también resaltó que la estabilidad que registra el contexto político del país puede haber sido un factor fundamental.

Una investigación sobre los determinantes del riesgo soberano (5) concluye que los fundamentos macro, como la volatilidad de los términos de intercambio (precios de exportación en relación a los precios de importación), son variables que influyen más que los factores globales. Hoy día las agencias de calificación de riesgo están más exigentes en sus calificaciones, habiendo rebajado perspectivas para economías importantes.

Cuál de los factores, internos o externos, han sido determinantes para el éxito de la colocación de los Bonos Soberanos del Paraguay? Es posible que el Paraguay haya tomado ventaja del contexto global, lo cual ha sido expresado de alguna forma por el Ministro de Hacienda (4), pero los fundamentos macro y las perspectivas de la economía paraguaya deben haber pesado más. Esto es al final una apuesta que hace el mercado financiero internacional por Paraguay, lo cual debería ser aprovechado, aplicando correctamente los recursos para obtener la mayor rentabilidad económica-social de los mismos y poder así en el futuro acceder a nuevos recursos en condiciones todavía mejores.



(1) Emerging Market Bond Index (EMBI), JP Morgan.

(2) www.inflacionverdadera.com

(3) Comelli, Fabio (2012), “Emerging Market Sovereign Bond Spreads: Estimation and Back-testing”, International Monetary Fund Working Paper WP/12/212.

(4) http://blogs.ft.com/beyond-brics/2013/01/18/paraguay-bond-issue-sometimes-ignorance-is-bliss/#axzz2IQTUGkyE

(5) Hilscher and Nosbusch (2008), “Determinants of Sovereign Risk: Macroeconomic Fundamentals and the Pricing of Sovereign Debt”, Brandeis University and London School of Economics.

Fuente de la imagen: elaboración propia.